Argentina bajó 12 puestos en el ranking mundial de la corrupción

Argentina retrocedió 12 puestos en el ranking mundial de países con más corrupción. Se trata del Índice de Percepción de la Corrupción 2020 (CPI) realizado por la ONG Transparencia Internacional (TI). Luego del primer año de gestión del presidente Alberto Fernández, el país pasó del puesto 66 al 78, en una tabla ocupada por 18 países. En la escala de 0-100 (de mayor a menor corrupción), Argentina obtuvo 42 puntos.

El resultado ha sido sumamente alentador para el país, aunque que quedó por debajo del promedio mundial (43 puntos). Si bien integra los dos tercios que no pudieron alcanzar los 50 puntos, los niveles locales son los terceros más altos de Sudamérica, solo detrás de Uruguay y Chile.

El índice se conforma con información del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional (FMI) e inversores privados. En Argentina, TI es representado por Poder Ciudadano, el organismo que presenta los resultados nacionales. Los ejecutivos de la firma explicaron que el índice no marca qué país es más corrupto que otro, sino que traza una estadística de percepción sobre el estado de corrupción en los países por parte de especialistas.

El informe hizo un especial énfasis en la pandemia de coronavirus, tanto en Argentina como en el resto del mundo. Según explica, decenas de países no han salido bien parados de la crisis, que además de sanitaria y económica también ha expuesto aún más la falta de  transparencia de muchas regiones. “El coronavirus nos recordó las consecuencias de la corrupción en la prestación de servicios públicos y el impacto dañino en la vida de las personas”, reza la publicación.

Qué ocurre con América.

Las instituciones "débiles" se han vuelto una característica intrínseca de la región. Sumado a eso, las desigualdades económicas se profundizaron luego de la pandemia, y los sectores vulnerables han quedo expuestos al virus y a la injusticia social. El informe remarca que los gobiernos "restringieron los derechos civiles” y “debilitaron los controles y equilibrios institucionales y redujeron el espacio para la sociedad civil”.