MOVIMIENTO EVITA

Movimiento Evita, la agrupación que nació desde el caos

Fernando “Chino” Navarro comparte sus reflexiones sobre el nacimiento y crecimiento de la organización.
sábado, 27 de marzo de 2021 · 17:19

El neoliberalismo de la década de los noventa sumergió a la Argentina en una crisis económica y política histórica, que tuvo su momento cúlmine en el 2001. Tras un período de pobreza, endeudamiento y pérdida de rumbo, el Gobierno nacional logró estabilizarse en 2003, bajo el liderazgo de Néstor Kirchner, y encaminar nuevamente la senda del crecimiento. En aquel período, distintas agrupaciones asumieron un protagonismo creciente en la sociedad argentina, que mantienen hasta la actualidad. El Movimiento Evita, bajo la conducción de Emilio Pérsico, sentó sus bases en el conurbano bonaerense y se propuso la búsqueda incansable de justicia social.

Integrantes de la Corriente de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón y del Movimiento Patriótico Revolucionario Quebracho, entre otras fuerzas, se unieron en el 2004 para la conformación de un nuevo espacio político, pero cuyas prioridades iban más allá del acompañamiento de las iniciativas gubernamentales.

“Una fuerza política con un componente social muy dinámico, que sufre las vicisitudes de la Argentina, con una suerte muy atada al pueblo argentino”: así define al Movimiento Evita uno de sus principales dirigentes, Fernando “Chino” Navarro, quien conversó en exclusiva con Minuto Argentina. De ideología “nacionalista popular revolucionaria”, la organización trazó sus lineamientos con el trabajo como principal prioridad.

Fuente: (Asuntos Públicos)

Con una marcada presencia social y un despliegue federal en los territorios más humildes y vulnerables del país, la organización creció a lo largo de los años en términos cualitativos y organizativos. Hoy, 17 años después de su creación, su rol protagónico en la construcción de comedores o viviendas sociales financiadas por el Estado nacional es indiscutible.

Buscamos ordenar a las familias, a los pibes y al propio barrio.

“El plan social no puede ser una política de estado. Nosotros creemos en el trabajo”, agrega Navarro, actual secretario de Relaciones Parlamentarias, Institucionales y con la Sociedad Civil de la Jefatura de Gabinete. El dirigente rechaza la idea de “asistencialismo” y sugiere que el Movimiento Evita tiene su impronta en la generación de trabajo para enfrentar los problemas sociales que enfrenta la Argentina.

No somos una fuerza mejor ni peor, pero sí distinta. No somos asistencialistas, sino que estamos ligados a lo productivo.

Con el paso de los años, la creciente adhesión de los sectores trabajadores hizo del Movimiento Evita también una fuerza sindical que acompañó con su presencia cada manifestación y reclamo relativa a los derechos sociales y laborales.

"Primero está la patria; recién después vienen el movimiento y los nombres particulares", subrayó Navarro.

Influencia latinoamericana

Según la propia definición del movimiento, sus raíces también remiten al “rechazo a la presión económica de las grandes potencias” y a la afinidad con Gobiernos revolucionarios y progresistas. “Somos hermanos de todas las experiencias latinoamericanas”, agrega Navarro en diálogo con Minuto Argentina.

El dirigente subraya la historia política latinoamericana como una fuente de gran influencia para la organización, pero también marca que la región “ha quedado a medio camino en la conformación de políticas conjuntas”. En ese punto, reconoce la necesidad de fortalecer aún más los vínculos internacionales: “Son cuestiones aún pendientes que esperemos que los Gobiernos puedan ir corrigiéndolas”.

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