DOMINGO CAVALLO

Cavallo se animó a dar su pronóstico sobre la economía argentina

El exministro de Economía apuntó contra Axel Kicillof por la “tendencia a la inflación crónica”.
jueves, 1 de abril de 2021 · 17:41

El exministro de Economía de la Nación, Domingo Cavallo, se atrevió a hacer una evaluación de la situación económica y adelantó su pronóstico para el país. El funcionario, reconocido por su plan de convertibilidad, advirtió que la “estanflación” perdurará por “muchos años” y que, en parte, es por culpa del gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof.

Bajo el título “Estanflación Secular”, Cavallo analiza en su blog personal las principales características de la economía actual y sus posibles derivaciones futuras. De acuerdo con el excompañero de Carlos Saúl Menem, “el escenario de fuerte devaluación y descontrol hiperinflacionario” se han alejado del “horizonte” gracias a “la aparición del viento de cola para las exportaciones argentinas en los mercados del exterior, algún ajuste fiscal de raíz inflacionaria y una mayor dosis de profesionalismo en el manejo monetario y cambiario”.

No obstante, el exmiembro del Partido Justicialista (PJ) consideró que “los rasgos cada vez más acentuados de la estrategia económica de mediano y largo plazo, inspirados mucho más en las ideas del gobernador Axel Kicillof, ideólogo económico del Kirchnerismo, que en las del ministro Martín Guzmán, consolidan una tendencia al estancamiento persistente con inflación crónica, algo que bien puede denominarse estanflación secular”.

En términos económicos, la “estanflación” es la situación económica de un país que se caracteriza por un estancamiento económico a la vez que persiste el aumento de los precios y el incremento del desempleo. En tanto, “secular” podría referirse a un periodo muy largo de tiempo.

Según Cavallo, “los rasgos más notables de la estrategia económica de mediano y largo plazo son el encerramiento comercial y financiero de la economía, la creciente estatización de sectores productivos, el persistente intervencionismo gubernamental en los mercados en los que operan las empresas que siguen siendo privadas, la cada vez más acentuada presión impositiva, el creciente gasto público y la despreocupación por el ritmo de aumento de la emisión monetaria y de deuda interna”. Por lo tanto, el exministro de Economía cree que la estanflación continuará durante un largo período y que "tenderá a constituirse en un caso raro a escala internacional”.

Pesimista, Cavallo no ve una rápida salida al conflicto económico que atraviesa el país. Le parece “difícil imaginar cómo y cuándo puede comenzar a revertirse este deprimente panorama”, que requerirá, a su criterio, de “una gran derrota política del Kirchnerismo”. Aunque eso tampoco será garantía de que un nuevo Gobierno revierta la crisis económica.

El exfuncionario consideró que “a la dirigencia política argentina le resultará tan difícil encontrar la salida a la estanflación secular que lo que le resultó encontrar la solución al estancamiento de las décadas que precedieron a la hiperinflación de fines de los ochenta y principios de los noventa” y concluyó que, quizás, “la solución solo se encuentre después de una nueva hiperinflación”.

A 30 años del plan de convertibilidad

El 27 de marzo de 1991, el Congreso de la Nación aprobó el proyecto de ley que el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, impulsó: la Ley de Convertibilidad del Austral.

Bajo el mandato de Carlos Saúl Menem, el Gobierno estableció una nueva relación cambiara entre la moneda nacional y la estadounidense, según la cual 1 dólar equivalía a 100.000 australes, que luego sería un peso convertible. La medida exigió el respaldo en reservas y la restricción de la emisión monetaria.

El plan, que estuvo en vigor hasta enero de 2002, logró contener la inflación y reducir la deuda pública. No obstante, tuvo consecuencias para la industria argentina, sobre todo en la textil y en la del calzado. Más adelante, el atraso cambiario, las crisis económicas a nivel internacional (como el efecto tequila), el incremento del desempleo y los bajos salarios, la asunción de Fernando de la Rúa como presidente junto a su ministro de Economía, José Luis Machinea, quien realizó un fuerte ajuste fiscal, entre otros factores, derivaron en la conocida hiperinflación del 2002 y la derogación de la ley.

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