Alberto Fernández le agradeció a un restaurante denunciado por no pagarle a sus empleados

El presidente de la Nación, Alberto Fernández, fue objeto de polémica tras haber saludado este lunes a un restaurante denunciado por sus empleados por no pagar los salarios y hasta por “maltrato”.

A través de su cuenta de Instagram, el mandatario compartió una foto agradeciéndole al restaurante Santa Evita por “las empanadas de humita” y los “dulces regionales” que le enviaron por su cumpleaños. “Muy rico todo”, escribió el presidente, quien explicó que tiene “un gran cariño y lindos recuerdos” sobre el lugar de comidas.

El conflicto entre los empleados y los dueños

No obstante, la reciente historia del Santa Evita no es tan grata como los platos que degustó Fernández. El año pasado, sus empleados denunciaron falta de pago y “maltrato” por parte de la dueña del local, Gabriela Rita López.

Según una serie de entrevistas recopiladas por Clarín, el restaurante militante dejó de pagarles a sus empleados durante la cuarenta, por lo que los trabajadores solo cobraban la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP), es decir, $16.000 mensuales.

Al parecer, el local de comidas, que es un proyecto de Alderete Pagés, que fue el chef de otro proyecto de cocina militante, el Perón Perón, le vio el lado virtuoso a la pandemia. ​El emprendimiento ubicado en el barrio de Villa Crespo cerró el 23 de marzo por el inicio de la cuarentena y reabrió el 23 de abril para realizar delivery y ofrecer take away.

Cuando el local abrió sus puertas tuvo una fuerte demanda de comidas, pero solo reincorporó a 3 de sus 14 empleados. "Les rogábamos a Florencia y a Gonzalo (los dueños) que reincorporaran a los otros compañeros, porque nos estaba yendo muy bien y con ellos las cosas irían mejor para los clientes y para nosotros. Pero ella no quería saber nada, descubrió que con el delivery y el take away, y con el restaurante cerrado y sin pagarles a los empleados, el negocio era inmejorable", explicó Gabriela Rita López, encargada general por aquel entonces del Santa Evita.

El triste relato del cocinero del Santa Evita

“Yo ganaba $42.000 y hoy recibo los $16.800 que da el Gobierno. Tengo una nena, mi mujer embarazada y alquilo un departamento. ¿Cómo hago?", se preguntaba en junio de 2020 Mauro Busso, jefe de cocina del Santa Evita.

"Tengo feriados trabajados, días que no me correspondían que trabajé, los aportes sociales impagos desde marzo, aumentos nunca abonados, para mí es mucha plata. De un día para el otro me suspendieron y nunca me avisaron, ni me explicaron los motivos. Ellos saben que yo sufro asma y estoy exceptuado de ir a trabajar porque soy población de riesgo. Me ofrecí a cocinar desde mi casa pero nunca me respondieron", contó Busso.

La difícil situación de la camarera

Pero las irregularidades del restaurante vienen de larga data. De acuerdo con la información publicada por Clarín, Melisa Ponce, camarera del restaurante, fue prácticamente echada al quedar embarazada en 2019. "Te quiero pedir que renuncies. Así no nos servís", le dijo Barrientos Paz a Ponce cuando la joven empleada le comunicó que estaba embarazada y que tenía que realizarse una ecografía debido a un complicación en el útero. "Cuando me respondió eso, yo me fui retriste”, señaló Ponce, quien entendió entonces que su salud y su embarazo no le importaban a la gerencia.

Ponce dio a luz  el pasado mes de enero y su licencia por maternidad terminó en abril. "Desde entonces no cobré un centavo. Nada. Ella (por Barrientos Paz) me dijo que estaba registrada para cobrar el ATP, pero yo pude corroborar tres veces que no estoy ni siquiera inscripta. Se lo hice saber a ella, que me lo sigue negando al día de hoy y además me aclara, por las dudas, que está quebrada y no me puede pagar nada", relató la camarera.

“Así son las reglas de juego”: la explicación de los dueños

El descargo de los dueños fue que desde que empezó la pandemia no dejan “de acumular deudas”, pero que no se quejan porque “son las reglas de juego”. De acuerdo con el comunicado del Santa Evita las denuncias forman parte de un “escrache”. “Nos gustaría aclarar también que nosotros no tenemos casa propia y decidimos pagar los sueldos antes que el alquiler del PH en el que vivimos, que es el mismo desde hace más de una década, o la cuota del colegio de nuestro hijo. Nos quieren pintar como empresarios inescrupulosos cuando somos trabajadores que en una situación difícil para el país decidimos apostar y generar trabajo”, apuntaron los dueños del local.

Más adelante en el texto, indicaron que el conflicto se resolvería en Tribunales: “Entre otras mentiras, han dicho que nos quedamos con los sueldos que se depositan en el marco del programa ATP, cuando es de público conocimiento que ese pago lo hace la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) directamente en las cuentas de cada empleado”.

“Detrás del escrache hay una persona que hasta hace unos días queríamos como a una hermana y sentimos un inmenso dolor al ver que tejió una maniobra que tiene como único objetivo hacernos daño. En su afán, solo logra poner en riesgo las fuentes de trabajo que dice defender. Seamos claros: si quiebra el Santa Evita, nos quedamos todos en la calle. Y todos sabemos lo difícil que será conseguir empleo en el rubro gastronómico por mucho tiempo. Todos nuestros números son claros y están a la vista, igual que nosotros, porque no tenemos nada que ocultar. Por eso, estamos muy tranquilos con respecto a lo que vaya a suceder en la Justicia”, concluyen en el comunicado.

El restaurante a día de hoy

Actualmente, el Santa Evita abre sus puertas los miércoles de 18:00 a 01:00 y de 12:30 a 16:30. De jueves a domingo, en cambio, lo hace de 18:00 a 01:00. Mantienen sus redes sociales activas y señalan que realizan “pedidos y reservas por WhatsApp”. En general, el local tiene buenas opiniones, aunque muchos señalaron que las empanadas que comió el presidente eran “las más quemadas”, comentario que se repite entre algunos usuarios de Google.

Mientras tanto, el presidente transita la enfermedad sin problemas

Fernández, pasa sus días recluido en la quinta de Olivos: solo y sin contactos, salvo por el médico de la Unidad Presidencial que lo visita para constatar que se encuentra bien de salud. Es que el jefe de Estado dio positivo de coronavirus la madrugada del sábado pasado, luego de haber festejado su cumpleaños número 62 junto a su pareja, Fabiola Yáñez, y su hijo.

Sin síntomas graves, salvo por una “fiebre molesta” y cansancio, el mandatario se dedicó a agradecer a través de redes sociales a todos aquellos que lo saludaron y le desearon una pronta recuperación, como el presidente mexicano, Manuel López Obrador, el exmandatario chileno Evo Morales y el actual jefe de Estado chileno, Sebastián Piñera.

Fernández dialogó durante el fin de semana con el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por un lado, y por el otro con el gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, para evaluar nuevas medidas frente al fuerte aumento de casos. Mientras la Ciudad se resiste a tomar medidas que afecten a las actividades comerciales, la Provincia está dispuesta a tomar medidas más fuertes.

El Gobierno apura nuevas medidas de cara a la segunda ola

Pero el Ejecutivo no puede esperar mucho más, así que esta mañana convocó a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y a la Provincia de Buenos Aires a una reunión de urgencia para coordinar medidas, ya que el área metropolitana acumula (entre ambas) casi el 70% de los casos a nivel nacional.

El encuentro, que se realizará hoy a las 16:00 horas, estará presidido por los jefes de Gabinete nacional, provincial y de la Ciudad, Santiago Cafiero, Carlos Bianco y Felipe Miguel, respectivamente. También participarán la ministra de Salud de la Nación, Carla Vizzotti, el titular de la cartera sanitaria bonaerense, Daniel Gollán, y su par porteño, Fernán Quirós.