CGT
Reforma histórica de la CGT: el Gobierno apuesta por cumplir con el cupo de género
El presidente sueña con una conducción compuesta por un 50% de mujeres.Este 20 de octubre se realizará la renovación de la Confederación General del Trabajo (CGT), con una elección histórica que incluirá un debate sobre el cumplimento del cupo de género, ya que, si bien la ley Nº 25.674, promulgada el 8 de marzo de 2003, establece como mínimo un 30% de mujeres en las conducciones gremiales, la norma no se cumple en la central obrera.
En ese sentido, el Gobierno nacional apostará a que la mitad de los cargos del Consejo Directivo este ocupado por mujeres, para ello tendrá que modificarse el estatuto de la central sindical para establecer que por cada cargo se garantice la presencia de una mujer. La reforma podría tener un buen impulso ya que es un anhelo del presidente Alberto Fernández y de algunos dirigentes afines al Frente de Todos. Sin embargo, hay varios gremios que no ven con buenos ojos la modificación.
La central obrera que aglomera a más de 2.5 millones de afiliados en todo el país solo tiene en su conducción a una mujer: Noemí Ruiz, secretaria de Igualdad de Oportunidades y Género en el Consejo Directivo de la CGT y secretaria general de Unión de Trabajadores de Moda e Imagen Publicitaria (AMA). La otra mujer que llegó a un alto cargo fue Sandra Maiorana, quien ocupaba la Secretaría de Salud Laboral de la central obrera, por la Asociación de Médicos de la República Argentina (AMRA).
La estrategia que planean los abogados de la organización a fines a la reforma consiste en votar la modificación el mismo 20 de octubre en un Consejo Extraordinario, previo a la elección de autoridades. De aprobarse la reforma cada secretaría de la CGT, con excepción de la general y de Tesorería, pasaría a tener dos “sillas” por cada cargo con iguales potestades de participación, de las que una sí o sí tendría que estar ocupada por una mujer.
El techo de cristal en el sindicalismo argentino
Una investigación de la Universidad Torcuato Di Tella publicada en 2018 advierte que “los sindicatos se han caracterizado por tener estructuras con un fuerte sesgo masculino que se reproduce en el tiempo. La discriminación hacia la mujer es, así, una constante en los gremios argentinos”.
Con el título “Bajo el techo de cristal: las mujeres en las cúpulas sindicales argentinas (2014 a 2017)”, el informe señala que, “a pesar de la importante intervención femenina en las huelgas” y de la amplia “participación de las mujeres en el activismo gremial”, a medida que los conflictos laborales y las organizaciones gremiales fueron siendo legitimadas, “las mujeres quedaron relegadas en la ‘lucha de clases’. Los sindicalistas, en lugar de acompañar a sus compañeras en la lucha por la igualdad de género y prestar atención a sus reclamos propios, sostuvieron y apoyaron el ideal de la mujer como trabajadora doméstica y madre”.
Sin embargo, la investigación concluye que “a mayor activismo feminista dentro del sindicato, mayor será también el número de mujeres que sean parte de la dirección electa del mismo”.