Contradicción del Gobierno: por qué Argentina dijo que no a la OEA, pero se pronunció ante Nicaragua

Esta mañana se reveló la carta que el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá, envió a su homólogo, el canciller de Relaciones Exteriores de Nicaragua, Denis Ronaldo Moncada Colindres, el pasado viernes 11 de junio, donde manifestó la “profunda preocupación” que generaron en el Gobierno nacional los recientes a acontecimientos de detenciones arbitrarias en torno a la reforma electoral del régimen el pasado mes.

Sin embargo, su carta manifiesta un desconcierto, ya que la gestión del presidente, Alberto Fernández, optó el pasado martes por abstenerse en la votación de la Organización de los Estados Americanos (OEA) porque, según argumentó, la intervención de las naciones rompería con el “principio de no intervención en asuntos internos”.

La carta revelada señala la inquietud del Gobierno nacional ante “la detención de prominentes figuras políticas de la oposición”, en referencia a que posiblemente sean presos políticos detenidos solo por pensar contrariamente, por lo tanto, continúa el texto “Instamos a que se reconsidere la situación de representantes de expresiones políticas de oposición que se encuentran bajo arresto. Su inmediata liberación y la restitución de sus derechos políticos son un paso que contribuirá a que el proceso electoral que se desarrolla en su país reciba el apropiado reconocimiento y acompañamiento internacional”.

Una de las posibilidades que explican por qué Argentina no se sumó al pedido de la OEA

La Nación emitió un comunicado conjunto con México en rechazo a la “persecución política” en Nicaragua de manera independiente, pero no se sumó al pedido de la OEA que condenó las detenciones de 13 dirigentes opositores.

Las bases señalan que el Gobierno nacional no participó de la intervención porque el comunicado a su vez criticaba al gobierno de Daniel Ortega por no implementar las reformas electorales solicitadas desde la entidad.

Además, es necesario destacar, que su titular, el uruguayo, Luis Almagro, es señalado por varios de los países Latinoamericanos ante sus decisiones.

En México se lo señaló por poner el foco en las elecciones intermedias que se celebraron el pasado 6 de junio. En el caso de Bolivia, se lo tiene en la mira por su accionar durante el golpe de Estado de noviembre de 2019 donde se quitó a Evo Morales del poder.