Catedral Metropolitana: acudirán a la Justicia por las pintadas de la última protesta

Durante las protestas del viernes, un grupo de manifestantes que se pronunciaban contra el abuso policial en la Plaza de Mayo de la Ciudad de Buenos Aires atentó contra el patrimonio cultural al dañar la exsede del Gobierno porteño, el Cabildo y la Catedral Metropolitana. Escribieron consignas contra la Policía y la Iglesia católica.

Las pintadas en el templo religioso fueron denunciadas por la red Respeto Religioso, una asociación civil que busca contribuir a la preservación de la paz social, y que anunció que en los próximos días realizará una denuncia penal por las ofensas escritas en la fachada.

La organización lamentó que ninguna autoridad política condenara públicamente el ataque, algo que vinculan a la focalización de sus intereses en la campaña política por las próximas elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), que se realizarán en solo dos semanas.

La entidad advirtió que no hubo prevención, acción ni reacción de los encargados por velar por la seguridad en la Ciudad y tampoco hubo una condena al atropello. Señalan que el daño se realizó a la vista de todos y los mensajes fueron violentos y amenazantes para las autoridades de la Iglesia.

Intolerancia religiosa

La red Respeto Religioso hizo énfasis en un odio irracional que aumenta al mismo tiempo que el desinterés y el silencio de las autoridades. Creen que la intolerancia hacia los católicos está creciendo y es necesario que el Estado y sus funcionarios tomen conciencia sobre la gravedad de la situación.

La denuncia judicial correspondiente será presentada para marcar un precedente y recalcar que no se trata de un caso aislado. Al frente de la organización están Juan Miguel Bestani, quien también lidera la Fundación Contemporánea, y Juan Navarro Floria, presidente del Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (Calir), además de otras autoridades de la institución católica.

Piden a los fiscales que actúen de oficio, ya que no alcanza con reparar las paredes de la Catedral Metropolitana, sino que es necesario hacer conciencia sobre el agravio a la comunidad creyente y a muchos ciudadanos que respetan la autoridad eclesiástica.