ENTREVISTA MINUTO ARGENTINA

Jesica Lavia: “Debemos corrernos de esta mirada pesocentrista que tenemos del estigma de peso”

La nutricionista nos habló, en entrevista, acerca del mensaje que quiere llevar con su libro: “Sobrevivir a un mundo gordofobico sin caer en trastornos alimentarios”.
martes, 29 de noviembre de 2022 · 13:55

Jesica Lavia es una nutricionista de la Universidad de Buenos Aires, con más de 15 años de experiencia en el rubro. Durante su recorrido como profesional de la salud incursionó en diferentes áreas, hasta que, como ella misma menciona en entrevista para Minuto Argentina, entendió la importancia de la educación nutricional desde una mirada integral.

De esta manera, la especialista comprendió que hablar de nutrición no solo se trata de pensar en qué comemos, también en cómo lo comemos, pero, sobre todo, de cómo nos relacionamos con la alimentación, ya que, como explica Jesica Lavia, hay que entender qué pasa con nuestro cuerpo en relación a cómo nos alimentamos. 

Todas estas ideas, junto con su acercamiento al feminismo y la llegada de la maternidad hicieron que Jesica Lavia se replanteara su rol como nutricionista, el mensaje que lleva a otros sobre la salud y la forma en la que ella se relaciona con sus pacientes con el objetivo de abordar la salud de una manera más integral.

La relación que se tiene con la comida también define la salud.

En este contexto, como profesional, quiso abordar la nutrición lejos de los estereotipos, con una perspectiva de género, pero, sobre todo, con el propósito de promover el respeto hacia la diversidad corporal.

En esa búsqueda, tanto personal como profesional, escribe en el año 2021, junto a la periodista Paula Jiménez su primer libro: “Pese lo que pese: contra la hegemonía del cuerpo ideal”, una publicación dedicada a las feminidades, donde ambas expertas se preguntan cosas como: qué pasa con nuestro cuerpo, por qué vivimos a dieta y por qué estamos tan inconformes con nuestra imagen.

En este sentido, el libro propone la idea de repensar todos los estereotipos que se generan, especialmente en las mujeres, alrededor de la imagen que se tiene de sí mismas sobre el cuerpo.

Su primer libro fue una antesala de su segunda publicación.

Aunque reconoce que esta primera publicación fue un buen abordaje sobre el tema, la nutricionista comenta, en entrevista para este diario, que sentía la necesidad de profundizar más sobre este ámbito, incluso con el propósito de abordar los estereotipos y trastornos alimentarios más desde la salud integral.

Asimismo, buscaba plantear qué hay detrás de los negocios de las dietas y del sistema en sí mismo, por lo que, como ella misma menciona: “pensando un poco más allá el tema de la alimentación” y con el propósito de “corrernos de la idea de que el único cuerpo válido es un cuerpo flaco”, decide profundizar más en su planteamiento y escribe su segundo libro: "Sobrevivir a un mundo gordofóbico sin caer en trastornos alimentarios".

Para desglosar de qué se trata esta obra, la nutricionista explica que, si bien el término gordofobia existe como tal, lo que nos invita a repensar los activismos es el hablar de gordoodio, ya que, de lo que se habla, en sí, es de rechazo, violencia y discriminación; mientras que, cuando se habla de una fobia, se refiere a una enfermedad como tal.

En este sentido, la especialista destaca que el gordoodio “genera un montón de estigma”. En el caso de Argentina, por ejemplo, la gordura es el segundo motivo de discriminación más frecuente, lo que se da principalmente en las escuelas.

Este tipo de violencia, además, promueve y genera bullying, así como daños psicológicos y físicos, lo que a su vez hace que las personas que son víctimas de discriminación se aíslen. Visto de otro modo, lo físico, lo social y lo psicológico influye, de manera positiva o negativa, en la salud de las personas.

Si bien el tema de los estereotipos y la discriminación ha estado presente desde hace mucho tiempo, con el auge de las redes sociales y los medios de comunicación se ha hecho más evidente, por lo que la profesional subraya que es muy importante repensar la idea que se vende sobre el cuerpo a través de estas plataformas.

Su libro propone repensar los estereotipos y el gordoodio.

Esto, ya que, por ejemplo, el uso excesivo de filtros en las redes sociales, distorsionan la forma en la que nos vemos a nosotros/as mismos/as, lo que puede promover, en algunos casos, inconformidad sobre la imagen corporal y la relación entre el cuerpo y la alimentación. 

Asimismo, es frecuente ver en internet tanto consejos de gente inexperta como experta, que, incluso, como dice la profesional: “no se actualiza”, pues es común encontrar médicos o especialistas que también envían un mensaje erróneo, por lo que Lavia insiste en que es importante que “cada quién, desde su lugar, se haga cargo de qué comunica, cómo lo comunica” y, sobre todo, pensar a quiénes y cómo les llega ese mensaje.

Pero no solo las redes sociales son una gran influencia sobre la imagen corporal de las personas, también el mismo sistema en sí, ya que, como menciona la especialista en su publicación, este solo está hecho para la gente delgada.

La salud no está relacionada estrictamente con el peso.

Un claro ejemplo de ello son los asientos del transporte público; lo mismo ocurre con los talles de ropa, que en el caso particular de Argentina, pese a tener una ley en la que se establece que la ropa debe tener talles en base a cuerpos reales, aún no se reglamenta, lo que también fomenta la discriminación y violencia contra personas de talle grande.

Por ello, la nutricionista plantea, en entrevista para este diario, que es indispensable salirse de la idea de que solo la delgadez está asociada a la salud, cuando, en muchos casos, no es así; por eso, es tan importante modificar los mensajes que se transmiten sobre la imagen corporal y la salud, tanto de personas comunes como de expertos, pues, dentro del mismo sistema, también hay discriminación y estereotipos con respecto al peso, lo cual es uno de los principales mensajes que transmite en su obra.

“Hay una idea de que somos una sociedad small, con un determinado tipo de cuerpo que es el estereotipado, y es el que pretendemos que todas las personas encajen en ese molde, pero, si salimos a la calle y miramos para los costados, seguramente nos vamos a encontrar con diversidad, no solo de peso, sino, en general, en los cuerpos”.

Las personas suelen ser discriminadas por su peso.

Y es precisamente esa diversidad la que la profesional de la salud invita a repensar y respetar, tanto desde lo que plantea en su obra, como a través del mensaje que quiere llevar como nutricionista, pues, como ella misma menciona, es importante revisar “por qué pretendemos que todas las personas tengamos un determinado peso y asumamos que ese es el peso que está bien” y cómo con este mensaje se genera violencia hacia otros.

En este marco, la especialista subraya que es muy importante también tener otro tipo de construcción cultural como sociedad, lo que implica, por ejemplo, no opinar sobre los cuerpos de otros y la forma en que ese otro se ve, ya que esto promueve aún más todos esos estereotipos y prejuicios que, como sociedad, debemos empezar a romper.

“Qué importante repensar esto de no opinar sobre la alimentación de otra persona, sobre el cuerpo de otra persona, porque son pequeños comentarios que van haciendo el imaginario social y van construyendo esos estereotipos del que nos queremos correr”.

Esto, ya que, todos esos mensajes o señalamientos sobre la imagen del otro son violencia y pueden llegar a generar repercusiones emocionales, físicas y psicológicas muy negativas y perjudiciales para la propia salud, lo cual, además, es un derecho fundamental.

Asimismo, resulta esencial considerar y tener en cuenta que una persona delgada no necesariamente es saludable, incluso, en muchos casos, una persona de mayor peso puede ser más sana que alguien delgado, pero social y culturalmente nos han hecho creer que no tener el peso prototipo o definido por la sociedad significa algo malo.

Sin embargo, tampoco se trata de incentivar o promover el peso desde los excesos o lo negativo, como la obesidad o los atracones, ya que estos también son trastornos alimenticios. Por ello, con su obra, propone que hay que replantear los discursos de odio que se generan en torno al peso, pues, además, existe una clara obsesión en torno a la delgadez.

La nutrición debe ir mucho más allá de cuánto pese o no una persona.

En este sentido, la nutricionista subraya que hay que, desde la educación, promover un cambio social y cultural profundo, donde también está inmerso el sistema de salud, pues hay que empezar a pensar la alimentación desde la salud integral y desde el respeto por la diversidad.

“Debemos empezar a corrernos de esta mirada pesocentrista que tenemos de la salud y del estigma de peso”, lo que no solo significa dejar de lado los estereotipos, sino tratar todos los cuerpos por igual, con base a sus particularidades y necesidades individuales, pues, de lo contrario, se seguirá fomentando la violencia y la discriminación, pero sobre todo se alejará aún más a las personas del mismo sistema de salud.

Escribir este libro representó todo un desafío para Jesica.

 

Qué significa hablar de salud integral

Para la especialista, hablar de salud integral significa pensar la salud desde lo físico, psíquico o mental y desde lo social y emocional, pues, en el caso de la nutrición, no solo hay que pensar qué comemos, sino también cómo nos relacionamos con la comida, el entorno, y las distintas formas en que esto afecta la salud.

Asimismo, recalca que tener un abordaje integral de la salud también convoca a tener un trabajo interdisciplinario, es decir, abordar los problemas de los pacientes desde distintas especialidades, con el fin de complementarse y de brindar las herramientas necesarias para que la persona pueda realmente recibir un tratamiento integral.

Por eso mismo, es tan importante buscar cambios desde lo colectivo, pues, para generar una verdadera transformación, tanto desde lo social como cultural, es indispensable trabajar de manera mancomunada y, desde lo positivo que se puede construir como sociedad, pues aunque aún falta mucho camino que recorrer, ya se han dado los primeros pasos.

Para Jesica, como nutricionista, escribir este libro fue también un proceso de transformación desafiante, ya que no solo tuvo que repensar muchas cosas como profesional, sino de su vida misma, pues antes también cayó en el error de medir a sus pacientes de acuerdo con las tablas de masa corporal, por lo que ella también, sin quererlo, ejerció contra otras personas ese tipo de violencia que hoy busca eliminar. 

Por eso está convencida de que hay que propiciar más de esos pequeños cambios que ya se han dado, no solo en pro del respeto por la imagen y la diversidad, sino de la salud integral, para que a todos por igual se les garantice este derecho fundamental.

Aunque confiesa que su planteamiento “no es una verdad absoluta” y que sobre todo “queda mucho por hacer”, remarca que así como todos debemos tomar responsabilidad, desde el lugar que cada quien ocupa, también es necesario que haya políticas públicas que acompañen las diferentes estrategias que se implementan para eliminar la violencia, la discriminación.

El libro se encuentra disponible en todas las librerías del país.

Por ello, así como enfatiza, en entrevista para este diario y con su publicación, la respuesta para sobrevivir a un mundo gordofóbico es, por un lado, que la salud sea contemplada desde sus tres pilares: lo físico, mental y emocional y, por el otro, que como sociedad nos replanteemos la manera en que nos vemos a nosotros mismos o vemos a otros en relación a su peso.

Esto, ya que, no solo la salida es colectiva, sino que es el camino que como sociedad debemos recorrer para que, en un futuro no muy lejano, se deje de fomentar el odio y los estereotipos hacia otros por su imagen, pues, aunque falta mucho por hacer, como subraya ella, lo “más importante es que ya estamos abriendo los ojos”.

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