SOCIEDAD
Incendios incontrolables: más del 8% de la provincia de Corrientes ha sido devastada
Casi 800 mil hectáreas fueron destruidas y cientos de animales han perdido la vida.
La destrucción por los incendios registrados en la provincia de Corrientes se aceleró drásticamente en los últimos días, según el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) que lamenta que la devastación pasó de 17.742 hectáreas diarias a 29.585.
Los daños en la provincia no cesan, pese al aumento en la cantidad de brigadistas y helicópteros que colaboran para intentar frenar el avance de las llamas. En total, Corrientes ha perdido 785.238 hectáreas, que equivalen al 8.8% de la superficie total.
El ministro de Ambiente, Juan Cabandié, aseguró que las lluvias llegarán a Corrientes a partir del próximo lunes y esto contribuirá a frenar el avance del incendio, que se intensificó entre el siete y el 16 de febrero.
En tanto, el Departamento de Ituzaingó, ubicado en el límite de la jurisdicción con Misiones se convirtió en el que más hectáreas perdió a causa de las llamas, más de 180 mil. La segunda región más afectada es San Miguel y le sigue Santo Tomé.
El 30.6% de la superficie de San Miguel fue arrasada, seguida del 24.8% del Palmar y el 23% de Berón de Astrada. Estos datos se obtienen gracias a imágenes de satélite que aportan datos más precisos para el análisis, según el INTA.
Qué dice el informe satelital
La superficie afectada es cada vez mayor, pasó de casi 20 mil hectáreas diarias a 30 mil en los últimos tres días. Los diferentes tipos de vegetación tuvieron un aumento en el área quemada, especialmente los humedales que acumulan 460 mil hectáreas afectadas.
El Instituto de Clima y Agua de Castelar otorgó datos de focos de calor y reveló que durante las primeras dos semanas de febrero fueron mayores a todos los focos de calor registrados en enero, lo que refleja el incremento en las superficies devastadas.
Los daños en Corrientes son multimillonarios, se estiman en más de 20 mil millones de pesos y el impacto ambiental es difícil de cuantificar por la pérdida de biodiversidad que no se recuperará a corto plazo, además que no se prevén lluvias abundantes en corto plazo.
