SOCIEDAD
Descubren el origen del incendio en Corrientes en medio de los intentos por controlar las llamas
La fauna corre un serio riesgo y los residentes de la zona esperan acciones contundentes.
Funcionarios del Plan de Manejo del Fuego revelaron que el incendio que ha devastado el 9% de la provincia de Corrientes se originó por una chispa del motor de un tractor que trabajaba en un campo forestal identificado como Triangulito Uno.
Este incidente habría sido el responsable de los primeros incendios registrados en los Esteros del Iberá y que hoy avanzan peligrosamente por la provincia. Las llamas se originaron en una zona protegida de Corrientes que tiene una extensión de 12 mil kilómetros cuadrados.
De acuerdo al director nacional de Manejo de Fuego, Alberto Seufferheld, las llamas se propagaron con mayor facilidad en Corrientes porque en la mayoría del territorio, que resultó afectado inicialmente, se produce resina y madera, algo que tiene un alto poder combustible.
El fuego se extendió rápidamente hacia el parque, en donde hoy la fauna corre un serio riesgo y se encontraron varias especies muertas. Los focos de incendio son difíciles de controlar en la jurisdicción y el clima, sumado a la falta de lluvia, favorecen el avance de las llamas.
Los brigadistas trabajan por controlar la situación
El área devastada ya supera las 800 mil hectáreas y, en San Alonso, localidad ubicada en medio de los esteros, los brigadistas improvisaron una pista de aterrizaje para abastecer a los aviones hidrantes que sobrevuelan la zona.
Los efectivos del Ejército ayudan con el abastecimiento de las cinco naves destinadas al control de las llamas; sin embargo, se enfrentan al problema de la falta de agua, pese a que usualmente este lugar permanece inundado.
Las extensiones de lagunas y bañados ahora están secas, y el color de la superficie se apagó, mientras que los animales intentan escapar del desastre natural que se vive en Corrientes, una provincia duramente castigada por las llamas.
Los expertos creen que la recuperación de pastizales llevará un mínimo de cinco años, en tanto que la restauración de los bosques podría requerir hasta 20 años, siempre y cuando se detenga el proceso de destrucción en la región.
