ENTREVISTA MINUTO ARGENTINA

Ganar la CanSat Competition de la NASA: el sueño de un grupo de estudiantes del ITBA

Juan Bautista, miembro del equipo, nos contó en entrevista cómo se preparan para conseguir el primer lugar en la final.
lunes, 9 de mayo de 2022 · 13:45

Un grupo de 10 estudiantes del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) resultó ser, entre 100 equipos de todo el mundo, uno de los 20 finalistas del certamen internacional CanSat Competition, que auspicia la NASA. 

Para llegar hasta la final, los estudiantes de diferentes ingenierías tuvieron que desarrollar un satélite a escala, con el cual el grupo tiene que cumplir una misión que es determinada por los organizadores de la competencia: los miembros de la American Astronautical Society (AAS), en apoyo con la NASA y Lockheed Martin.

 

Aunque los estudiantes ya habían hecho parte de esta competencia el año pasado, por la pandemia del coronavirus esta se desarrolló de forma virtual.

La idea de participar en 2021 surgió de una parte reducida del equipo, que le propuso a los demás integrantes intentar ganar un lugar en el concurso. Gracias a lo innovador de su diseño, quedaron onceavos.

Sin embargo, los jóvenes, que tienen entre 20 y 25 y estudian ingeniería electrónica, ingeniería informática, ingeniería mecánica, ingeniería química y bioingeniería, quisieron una revancha y se volvieron a inscribir este año.

Los integrantes del equipo se complementan entre sí. Foto: cortesía ITBA.

Ahora, tras varios meses de preparación y de lograr un cupo para ser de los finalistas, se disponen a viajar a Estados Unidos para intentar ocupar el primer lugar y dejar el nombre del país en lo más alto, como asegura Juan Bautista, uno de los miembros del equipo, en entrevista para Minuto Argentina. 

Aunque cuentan con la experiencia que les dejó su participación en 2021, cada año, las condiciones del concurso cambian, principalmente la misión que debe desarrollarse.

Todo el diseño del prototipo es creado por los estudiantes.

Por ello, para este 2022, debieron construir y diseñar un nuevo satélite, lo que ha requerido todo su ingenio, dedicación, tiempo, paciencia, pero, sobre todo, talento.

“Si lo hicimos el año pasado, este año tiene que salir”, asegura Juan, quien está convencido de que han hecho un proyecto con toda la dedicación que una competencia de este tipo requiere. 

 

Los estudiantes están listos para vencer a los mejores equipos del mundo

Para llegar hasta la final en este 2022, el equipo superó las etapas clasificatorias entre enero y febrero; no obstante, los estudiantes han trabajado en el diseño por más de 6 meses.

En la fase clasificatoria presentaron el diseño de un satélite de estructura rígida de varillas de fibra de carbono, ya que no es necesario tener el prototipo construido para esta etapa.

Por ello, una vez lograron un cupo en la final, comenzaron a trabajar en la construcción del satélite, que, entre otras cosas, debe incluir sensores y otros componentes electrónicos para que sea completamente funcional.

Algunas partes del satélite son impresas en 3D. Foto: cortesía ITBA.

Esto, porque parte de la misión que el equipo deberá realizar en Estados Unidos será montar el satélite sobre un cohete, que es dotado por la NASA, y hacerlo volar hasta 700 metros de altitud.

A esta altura, el prototipo se separa del cohete y debe caer nuevamente a la tierra por medio de un paracaídas, lo que le permitirá frenar su descenso para que, a otra elevación, despliegue un segundo paracaídas.

La construcción del prototipo ha requerido de todo su ingenio.

Este segundo paracaídas hará que el descenso sea más controlado y logre una menor velocidad; esto con el fin de que en medio del descenso el satélite desprenda otro dispositivo más pequeño, que debe bajar a 10 metros de distancia del primero.

Además, parte fundamental de la prueba consiste en que deben transmitirse, en vivo, a una estación en tierra, todos los datos del vuelo, al igual que imágenes de reconocimiento de la trayectoria y toda la operación.

Para lograr toda esta proeza, el equipo ha diseñado un prototipo con mejoras en la parte estructural, electrónica y de software, en comparación a lo que presentaron el año pasado.

La universidad los ha apoyado durante todo el proceso. Foto: cortesía ITBA.

En todo ese sistema de control de la parte de software hay mucha creatividad ahí metida, hay mucha inspiración en sistemas de reconocimiento de imágenes de satélites o de aparatos reales.

Todo ello, para, como dice Juan para Minuto Argentina, “asegurar que esa parte de la misión salga perfecta”, más si se tiene en cuenta que no cuentan con un cohete, como el que les dará la NASA, para hacer la demostración.

Los estudiantes se reúnen presencial y virtualmente para trabajar en el proyecto. Foto: cortesía ITBA.

Por ahora el equipo solo puede realizar ensayos de subsistemas, es decir, de partes separadas del satélite. Incluso con el aparato completamente armado pueden hacer pruebas a escala con ayuda de un dron, pero no logran recrear por completo la misión.

Por ello, desde ya, calculan todos los riesgos que pueden llegar a tener el día de la final, para evitarlos al máximo posible, y convertirse, ¿por qué no?, en los ganadores del campeonato.

 

Aunque se han preparado mucho para enfrentar ese momento, el mayor desafío ha sido acoplar toda la parte técnica y, sobre todo, encontrar los espacios como equipo para poder trabajar en la construcción del satélite.

Sin embargo, cada día de dedicación y trabajo depositados en el proyecto ha valido más que la pena, pues para el grupo “significa muchísimo” ser hoy uno de los finalistas en una de las competencias internacionales (de este tipo) más importantes del mundo.

Actualmente realizan pruebas de todos los sistemas del satélite.
Los estudiantes se reúnen presencial y virtualmente para trabajar en el proyecto. Foto: cortesía ITBA.

Además, ven este momento como una oportunidad única, no solo para demostrar su talento y capacidades, también para aprender de toda esta experiencia, que los invita a desafiarse y a creer más en sus sueños.

Sin embargo, todo este proceso no habría sido el mismo sin el apoyo del ITBA, ya que han recibido la coordinación de la Dra. Mariana Di Tada (Directora del Departamento de Investigación y Doctorado del ITBA) y los han apoyado en la compra de materiales.

La NASA apoya esta competencia.

María Candelaria Ruiz Casas, Franco Nicolás Estévez, Jorge Pedro Torres, Malena Vásquez Currie, Manuel Luque Meijide y Matías Calamaro buscan ahora cómo financiar el viaje.

Además de Tamara Raquel Canillas, Tomás Donadu, Tomislav Marko Separovic y Juan Bautista, que anhelan estar como equipo, todos juntos, en la final que se realizará del 8 al 12 de junio en la universidad Virginia Tech, de Estados Unidos.

Esto no solo porque todos han trabajado para construir y diseñar el satélite y sueñan con estar allá, sino también porque requieren, debido a la complejidad del proyecto, que todos participen, para hacer que la misión sea un éxito.

Ahora, con la ansiedad que puede acarrear un certamen de este tipo, el equipo anhela levantar la copa que les entregan, si llegan a ocupar el primer lugar, tras la evaluación que se hará, tanto del vuelo del satélite como de los datos registrados.

Aunque saben que la competencia es difícil, y dentro están los mejores, están convencidos de que quedarán, al menos, entre los 10 primeros, lo que significaría un gran logro para ellos, la universidad y el país.

Por ello, sean o no los primeros, lo que más resaltan de todo este proceso, como señala Juan para Minuto Argentina, es que hay que atreverse a hacer cosas grandiosas, perseguir eso que uno sueña y anhela realizar, porque cada oportunidad es un momento único que no se puede desperdiciar.

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