ENTREVISTA MINUTO ARGENTINA

Orquestas infanto juveniles de Tigre: un programa que toca y transforma vidas a través de la música

Walter Castro, director de esta iniciativa, nos contó, en entrevista, el alcance del proyecto en el municipio.
jueves, 28 de julio de 2022 · 13:49

En el municipio de Tigre, se desarrolla, desde el año 2009, un proyecto educativo cultural comunitario de orquestas infanto juveniles, por medio de las cuales se acerca a esta población al aprendizaje musical.

El programa es fomentado por la subsecretaría de Cultura del municipio, hoy dirigida por Marilina Silva, y por el intendente Julio Zamora. Además, el proyecto de orquestas infanto juveniles es dirigido por Walter Castro, músico, docente, bandoneonista, ganador de un Latin Grammy, quien, en entrevista para Minuto Argentina, nos habló de cómo esta iniciativa ha transformado a la comunidad de Tigre.

Desde su rol como director, Walter coordina las siete orquestas infanto juveniles, por medio de las cuales se le enseña a niños, niñas y adolescentes a conocer e interpretar diferentes géneros musicales.

De esta manera, cada una de las agrupaciones están distribuidas en distintos barrios del municipio, razón por la cual además a cada una se le atribuye su nombre: Orquesta y Camerata de Cuerdas de Rincón del Milberg; Orquesta de Música Popular Latinoamericana Ricardo Carpani de Ricardo Rojas; Orquesta y Camerata de Cuerdas de Benavídez.

Walter Castro es un músico experimentado. 

Además, están la Orquesta de Música Popular Latinoamericana de Baires-Bancalari; la Orquesta de Música Popular del Delta; Orquesta de Cuerdas del Barrio Almirante Brown en Tigre Sur; y la Orquesta de Música Popular Latinoamericana de Troncos del Talar.

Cada uno de estos grupos musicales está compuesto de niños y jóvenes de entre 6 y 18 años, aunque hay algunos talentos que superan esta edad, por poco. Como el objetivo del programa es acercar a esta audiencia, a distintos estilos musicales, cuatro de los grupos interpretan géneros populares, es decir, música latinoamericana y folclore argentino. 

El programa ha tenido gran acogida en el municipio.

Por su parte, los otros tres grupos interpretan música clásica, aunque Walter señala que estas orquestas “no alcanzan a ser sinfónicas, porque les faltan los vientos”, es decir, instrumentos como el clarinete y la flauta. 

El músico explica que, desde el municipio, quisieron crear este programa con el propósito de promover una experiencia educativa y cultural entre los jóvenes y niños de la comunidad y que, gracias a su éxito, con el pasar de los años, los que antes eran estudiantes, al crecer, se han convertido en, por ejemplo, ayudantes de cátedra.

Asimismo, esta iniciativa se ha convertido, para muchos de sus participantes, en un acercamiento al camino de la música, lo que no solo ha transformado sus vidas, también, la de sus familias y de la comunidad en general, que cada día apoya y se involucra más en esta labor.

En la medida que el programa ha crecido, también se han mejorado las clases; incluso, se han incorporado cátedras nuevas para brindarle a los estudiantes una experiencia y enseñanza más completa e integral.

Además, el municipio ha hecho compra de instrumentos, los cuales son entregados a los estudiantes a manera de préstamo para que puedan practicar todo lo aprendido en clase y, así, tengan un acercamiento más profundo con su herramienta de trabajo.

Adicionalmente, hoy, cada orquesta tiene un preceptor, cargo que ocupa un alumno mayor de edad, y que sirve de puente y vínculo entre los docentes, estudiantes, padres de familia y todos los agentes que integran el programa.

Las clases sirven como un espacio de interacción social.

Por ello, Walter destaca el alcance que ha tenido, para toda la comunidad, esta iniciativa, pues, además del acercamiento musical y cultural que tienen los estudiantes, muchos también han convertido esta oportunidad en una fuente de trabajo o en una inspiración para su proyecto de vida.

“No solo la música es un plafón de contención y, por supuesto, que tiene que ver con la cultura y con la calidad de vida, con una visión distinta del mundo y de la realidad; sino que, también, tiene contención social este programa”, subrayó el músico en diálogo para este diario.

Los docentes aportan con su experiencia al crecimiento del programa.

Esto, ya que la enseñanza musical en las orquestas aborda un enfoque no solo artístico, también social y, gracias al impacto generado en todos los que están vinculados, también ha promovido el sentido de pertenencia hacía la comunidad y el municipio.

Por ello, con el objetivo de llegar a más niños y jóvenes, el programa da prioridad a las poblaciones que tienen menos posibilidades de acceder a una formación de este tipo; pues, además de que pueden participar en los ensayos orquestales como tal, también, reciben enseñanza del instrumento que interpretan. 

Aunque algunos estudiantes llegan con algo de experiencia a las orquestas, la gran mayoría no la tiene, por lo que aprenden a tocar el instrumento de su interés desde cero y todo lo que significa hacer parte de una agrupación como estas; siempre acompañados de maestros y personal altamente capacitado.

“Yo creo que la música te abre una puerta hacia la cultura y eso hace que se modifique no solo la conducta de los chicos, sino también, de las familias. Entonces, hay un cambio radical, no solo desde el punto de vista del aprendizaje de la música, de un arte, sino también, de lo social”, subrayó el bandoneonista.

Los niños se vinculan desde muy pequeños con su instrumento.

El director del programa, además, destaca no solo el impacto que han tenido las orquestas para con sus integrantes y la comunidad en general, sino que, gracias a esta iniciativa, muchos estudiantes hoy sueñan con prepararse para ser músicos profesionales y hacer de la música su proyecto de vida.

Pero más allá de si estos sueños se cumplen o cambian, Walter resalta que lo más importante de las agrupaciones es que se han convertido “en un pilar fundamental para el crecimiento de lo individual y lo colectivo”.

El programa es reconocido entre la comunidad.

Los grupos se han logrado consolidar tanto que ni la pandemia del coronavirus logró detenerlos; por ello, mientras se decretó el aislamiento obligatorio, las clases continuaron de forma virtual y, pese a la distancia, lo que parecía un obstáculo los hizo crecer y superar las dificultades más fortalecidos.

Por ello, tras retomar las actividades presenciales, este año, los interesados en pertenecer al proyecto son tantos que, incluso, algunos permanecieron en lista de espera, lo que demuestra no solo el crecimiento del programa, sino el alcance que ha generado en toda la comunidad.

Walter ha acompañado a los niños en algunas presentaciones.

Cabe recordar que, para vincularse con esta iniciativa, los interesados deben comunicarse directamente con la subsecretaría de Cultura de Tigre. Una vez que se ponen en contacto, son remitidos con Walter, quien, en calidad de director, se pone en contacto con las familias para determinar en qué orquesta es más apropiado que esté el estudiante y, así, luego ser redirigidos a cada preceptor para que comiencen con las clases.

 

Las orquestas han transformado la vida y cultura del municipio

Gracias al apoyo del Gobierno local, a la dedicación de maestros y estudiantes, el proyecto no solo se ha consolidado con los años, sino que se ha convertido en un símbolo cultural para toda la comunidad de Tigre.

Incluso, el programa es líder en todo el conurbano bonaerense, ya que ningún otro municipio posee una iniciativa de este tipo y envergadura, lo que, según señala Walter, es un orgullo para él como director, incluso una inspiración.

Asimismo, en la medida que las agrupaciones han crecido, también se han gestado colaboraciones con la provincia y la nación; además, se realizan presentaciones permanentemente en las escuelas, entre otros eventos; incluso, recientemente, fueron teloneros de la Orquesta Sinfónica.

Algunos estudiantes llevan años en el proyecto.

Para ello, el apoyo de las familias ha sido fundamental; esto, ya que los padres no solo se comprometen con la enseñanza de sus hijos, sino con el presente y futuro de cada una de las orquestas, pues ellos también han sido tocados por la magia de la música.

Asimismo, desde lo social, los estudiantes se ven expuestos a otra realidad y encuentran, a través de este proyecto, la posibilidad de tener un futuro diferente, encaminado, por qué no, hacia el arte y la cultura.

Además, aprenden a compartir, a vincularse con otros a través del arte, lo que, también, motiva a los vecinos y vecinas del municipio a apoyar esta iniciativa y promoverla, pues, además de ser un espacio que los incluye a todos, es un legado que deja la comunidad para sí misma.

Por ello, para que el programa crezca aún más, uno de los objetivos a futuro es lograr institucionalizarlo, para que, sin importar quién esté a cargo, el proyecto siempre exista y, así, le brinde por muchos años más a los estudiantes y a la comunidad, un espacio de aprendizaje y de fomento artístico cultural.

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