ENTREVISTA MINUTO ARGENTINA

Fundación Rewilding: la ONG que logró reintroducir el yaguareté después de 70 años de extinción

Sebastián Di Martino, director de conservación de la fundación, nos habló en entrevista sobre la importancia de este proyecto en el Iberá.
lunes, 12 de septiembre de 2022 · 13:52

La Fundación Rewilding, es una ONG que trabaja en Argentina por revertir la crisis de extinción, la cual es una de las más grandes actualmente a nivel ambiental, como asegura Sebastián Di Martino, biólogo y director de conservación de la organización en entrevista para Minuto Argentina.

Para ello, la ONG trabaja en diferentes territorios en los cuales adelanta diversos programas de conservación. Además, la Fundación Rewilding crea parques naturales con el fin de recuperar los ecosistemas que se han degradado, incluso, en algunos casos, extinguido, como consecuencia del cambio climático, entre otros factores.

En este sentido, uno de los principales propósitos de la Fundación Rewilding es reintegrar a esos ecosistemas especies extintas, por lo cual se focalizan en rescatar especies “clave”, es decir que tienen roles muy importantes dentro de la preservación de los mismos ecosistemas.

Sebastián Di Martino, director de conservación de la Fundación Rewilding.

Esto, ya que, cuando las especies “están ausentes, estos ecosistemas se empiezan a degradar, y pueden colapsar”, lo que a su vez hace que se agudice la crisis ambiental y se pierda mucho más  la biodiversidad, según explica Di Martino.

No obstante, el biólogo destaca que, para lograr este objetivo, es indispensable desarrollar un trabajo social e implementar un modelo económico sostenible basado en el turismo de naturaleza, que incluya a las poblaciones donde se adelantan sus proyectos. De esta manera, “la fauna deja de ser algo indiferente y se convierte en una oportunidad de desarrollo”.

Aunque actualmente trabajan en diferentes territorios como en el Parque Nacional el Impenetrable, en la región de Chaco; el Parque Nacional Patagonia Argentina, en el noroeste de la provincia de Santa Cruz; y en la provincia de Chubut, donde recientemente comenzaron un proyecto de restauración marina; su proyecto bandera lo desarrollan en el Parque Nacional del Iberá, el mayor parque natural del país, en el centro de la provincia de Corrientes.

Los yaguaretés son especies clave para los ecosistemas.

En cada uno de estos territorios, implementan estrategias de conservación de acuerdo a las necesidades de la población, la zona y el ecosistema; no obstante se focalizan en la restauración y el manejo activo, pues hoy más que nunca es necesario recuperar los ecosistemas que se han perdido, ya que el nivel de degradación en la actualidad es tan alto, que no es suficiente con proteger los recursos que aún quedan.

Para ello, identifican, en cada región, cuáles son las especies que se han perdido o que mantienen una cantidad muy baja de individuos; esto, con el fin de aumentar su cantidad y, en el caso de las que se han extinto, reintroducirlas, lo cual implica proyectos a muy largo plazo y trabajar en la implementación de un modelo económico sostenible con la comunidad.

El especialista destaca que el país ha perdido muchas especies, ya que, en particular, Argentina “es un país que se caracteriza por haber sido severamente defaunado y, quizás, esto tenga que ver con que es un país mayormente llano”, es decir que son “ecosistemas más fácilmente accesibles”, por lo que, “junto con Uruguay, Argentina es uno de los países que más fauna ha perdido” a nivel de Latinoamérica.

Esto, ya que en las principales áreas naturales se ha desarrollado mucho la ganadería, la agricultura, lo que sumado a la industria minera e hidrocarburífera, ha terminado por degradar el medioambiente.

Teniendo esto en cuenta, para lograr reintegrar cada una de las especies a los territorios, la organización implementan proyectos a largo plazo y trabaja de la mano de la comunidad. Quizás el más importante de la fundación, ha sido el proyecto de reintegración del yaguareté en el Iberá, donde esta especie se encontraba extinta desde hace más de 70 años.

A nivel nacional el jaguar se encuentra casi completamente desaparecido, pues “perdió más del 95% de su área de distribución y quedan entre 200 y 250 ejemplares” en todo el país, por lo cual está “críticamente amenazado de extinción”.

La fundación trabaja por la conservación de las especies.

Por ello, cuando comenzaron este proyecto, una de las labores que más se dificultó fue conseguir los ejemplares, pues “no era posible conseguir estos animales silvestres en Argentina” y traerlos desde otros países era aún más complejo; por ello, tuvieron que empezar “criando animales de cautiverio”.

Sin embargo, como destaca el especialista en diálogo para este diario, para garantizar el éxito del proyecto, no solo se necesita recuperar o reintroducir las especies; también, “construir un gran consenso social”, lo cual tiene que ver con “cambios en la cultura, la educación y la economía”; de lo contrario, el resultado de esta iniciativa no sería el mismo.

Sobre el aspecto económico, además, subraya que los lugares en los cuales trabajan son zonas especialmente marginales para otros tipos de producción, y hay que “entender que la gente tiene necesidad de empleo, necesidad de generar ingresos” y, por ello, estos proyectos tienen que estar ligados a un modelo económico sostenible para que puedan “transformarse en motores de desarrollo”.

Por qué es importante reintroducir el Yaguareté

El yaguareté en el Iberá es considerado como una especie clave o depredador tope, el cual cumple un rol ecológico vital en la preservación del ecosistema. Este proceso se da principalmente en la cadena alimenticia, ya que el jaguar preda y compite con otras especies y, por lo tanto, regula el número y el comportamiento de otras especies, lo que a su vez permite mantener un equilibrio en el medio ambiente.

En el caso del Iberá, hay una gran cantidad de carpinchos, una especie de roedor herbívoro, los cuales habitan por cualquier área del parque, por lo cual el rol del depredador es clave; tanto para reducir la cantidad de ejemplares de carpinchos, como para modificar su comportamiento y hacer que habiten en lugares específicos, lo que a su vez permite recuperar la vegetación en la zona.

Fuente: (Fundación Rewilding)

“Un yaguareté que retorna al Iberá, empieza a generar ese rol ecológico de vuelta de la depredación, lo que hace en definitiva es hacer que el ecosistema capture más carbono y mitigue mejor el efecto del cambio climático”, según explica el director de conservación de la fundación.

Asimismo, esta especie también ayuda a mitigar la propagación de pandemias, ya que al predar otros animales, especialmente “individuos enfermos que portan patógenos”, se evita que haya propagación o contagios de enfermedades zoonóticas, como ocurrió con el coronavirus.

En el parque ahora habitan 10 ejemplares de yaguareté.

Al tiempo, la presencia de los jaguares permite que las zonas vegetales sean más heterogéneas, lo que, a su vez, significa que existe la posibilidad de que habiten más especies, pues “un ambiente que tiene a los depredadores tope, es un ambiente más diverso”.

Al respecto, el especialista destaca que hoy más que nunca es importante tomar parte activa para recuperar este tipo de especies, ya que “naturalizamos la degradación y nos olvidamos cómo fue la cuestión en el pasado” y, por ello, es necesario recordarle a la población “que esas especies vivieron” y que es importante que “retorne una especie que tiene el derecho a vivir sobre el Iberá y sobre este planeta”.

 

El yaguareté nace en libertad después de 70 años

Para lograr reintegrar este depredador después de más de 70 años de haber desaparecido en el mayor parque natural de Argentina, la fundación comenzó su proyecto de reintroducción en el año 2012.

Su labor inició con la construcción del Centro de Reintroducción del Yaguareté (CRY), un área que tardó tres años en ser construida y que cuenta con cuatro corrales octagonales para reproductores, cuatro corrales de cría, un corral de presuelta, y 30 hectáreas de zona protegida.

Con la colaboración de organismos e instituciones nacionales e internacionales, el CRY logró recibir varios ejemplares, en principio, provenientes de centros de rescate y zoológicos; sin embargo, ahora las especies también son importadas de Paraguay, Brasil y Uruguay.

Gracias a un largo proceso, en el año del 2021, la fundación liberó la primera hembra con dos cachorros que habían nacido en cautiverio en grandes corrales y, después, liberaron una hembra más y a un macho. No obstante, en el parque ya habían más de estas especies.

Estos dos últimos yaguaretés lograron copular, lo que dio como resultado, en mayo de este año, el nacimiento de dos cachorros en libertad después de 70 años, lo cual además de ser un hecho histórico es un gran aliciente para que la ONG continúe con sus proyectos de conservación.

Los cachorros que se encuentran en perfectas condiciones son monitoreados permanentemente y se suman a la familia de cuatro adultos y cuatro cachorros que anteriormente habitaban en el parque.

Los cachorros son monitoreados con cámaras trampa. Foto: (Fundación Rewilding).

Pese al éxito del proyecto, el biólogo destaca que aún queda mucho trabajo por hacer, especialmente con la comunidad, la cual es parte fundamental en todo este proceso, pues, si no se generara otro tipo de modelo económico que tenga como foco el turismo de naturaleza y observación, el proceso no sería el mismo.

Durante todo este tiempo, además, han contado con el apoyo del Gobierno de Corrientes y, gracias al avistamiento de fauna como principal atractivo turístico, en la población se promueve la generación de empleo y se logra una transformación social más profunda, lo que, a su vez, permite generar una mayor conciencia sobre la importancia de preservar los ecosistemas, pues se convierten en una fuente de desarrollo sustentable.

Aunque con sus proyectos generan permanente educación ambiental y promueven un cambio cultural, el especialista asegura que no es necesario crear una gran iniciativa para generar un cambio, sino que, “cada uno desde su lugar puede hacer algo para revertir la crisis ambiental” y crear un “rewilding a pequeña escala”.

Además, destaca que hay que hacer presión sobre los líderes políticos para que la agenda ambiental sea una prioridad y, desde diferentes políticas públicas, se protejan los recursos. Pero, sobre todo, subraya: “no hay que caer en la desesperanza, porque cuando no hay esperanza no hay acción” y lo que el planeta necesita es que cada vez más ciudadanos tengan ganas de actuar para preservar la riqueza de los ecosistemas y así como el yaguareté otras especies vuelvan a habitar libres en sus territorios.

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