CASA SANTA CRUZ
Abren mesa de negociación para postergar el desalojo de más de 100 familias de Casa Santa Cruz
El edificio está ocupado desde 2004 y en 2010 lo compró un empresario en un remate.Oficiales judiciales, representantes del Gobierno porteño, familias y el Asesor Tutelar ante la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo y Tributario de La Ciudad Autónoma de Buenos Aires alcanzaron un principio de acuerdo para postergar el desalojo de las familias de Casa Santa Cruz.
El edificio ubicado en Parque Patricios, inicialmente fue una fábrica de toallas Selsa que en la década de 1990 quebró. Tras quedar deshabitado, fue ocupado por un grupo de familias en 2004, quienes con mucho esfuerzo dieron inicio a lo que hoy se conoce como Casa Santa Cruz.
Sin embargo, en 2010, la propiedad fue subastada a un empresario hotelero y hoy las más de 100 familias que habitan en Casa Santa Cruz deben ser desalojadas. El proceso había sido previsto para este martes, pero sus habitantes se resisten a ser despojados.
De esta manera, y ante lo complejo de la situación, ya que más de 350 adultos y 100 niños quedarían a la deriva, se alcanzó un principio de acuerdo para buscar alternativas a la crisis habitacional.
El pasado jueves, las 110 familias que habitan el edificio fueron notificadas del desalojo previsto para este 31 de octubre. A razón de ello, y para rechazar la medida, este lunes realizaron una vigilia.
En tanto, la zona fue vallada y rodeada por 500 efectivos de la policía, quienes estaban dispuestos a desalojar las familias de forma inmediata apenas se diera la orden. Sin embargo, se conformó una mesa de diálogo con lo que se suspendió el proceso.
De esta manera, las partes tendrán un plazo de cinco días, contados a partir de hoy, para tratar de establecer una solución habitacional a las más de 100 familias que habitan el edificio.
Un proceso de más de 13 años
El edificio de seis pisos, que se encontraba "deshabitado y desarreglado" cuando en 2004 algunas familias decidieron ingresar para tener un lugar donde vivir, hoy cuenta con servicio de agua, luz y cloacas, ya que las y los vecinos le pusieron "plata, el pecho y dedicación" para hacerlo habitable.
Luego, en 2010, cuando la propiedad fue subastada, las familias intentaron comprarla pero no les fue posible, en cambio fue adquirida por el empresario hotelero Leonardo Ratuschny, quien luego inició un juicio por desalojo. El proceso se ha extendido por 13 años debido a la complejidad de la situación.