GOBIERNO
El Gobierno argentino repudió el asesinato de Fernando Villavicencio en Ecuador
Las Fuerzas Armadas de ese país fueron movilizadas para garantizar la seguridad.El Gobierno argentino, a través de la Cancillería, emitió un comunicado en el que se pronunció sobre el reciente asesinato de Fernando Villavicencio, candidato presidencial de Ecuador.
El Ejecutivo repudió los hechos de violencia ocurridos este miércoles en la capital ecuatoriana en los que perdió la vida el también periodista de 59 años. “La Cancillería argentina repudia el asesinato del candidato presidencial ecuatoriano Fernando Villavicencio”, señala la misiva del Gobierno.
Asimismo, el Gobierno expresó su solidaridad y condolencias a los familiares, amigos y seguidores del dirigente, quien recibió tres impactos de bala en la cabeza mientras ingresaba a una camioneta, tras culminar un acto político, en el marco de su campaña.
“El Gobierno expresa su solidaridad con el pueblo del Ecuador y las condolencias a su familia y seres queridos”, indicó la Cancillería. En tanto, el presidente Alberto Fernández no se ha manifestado personalmente sobre los hechos.

El candidato presidencial era el segundo con mayor intención de voto para las elecciones que se celebrarán este 20 de agosto y que no se suspenderán pese a lo ocurrido, según confirmó el presidente Guillermo Lasso.
Lasso consideró el asesinato como “un crimen político que adquiere carácter terrorista” y decretó tres días de duelo en el país y el estado de excepción. En tanto, desplegó las Fuerzas Armadas por todo el territorio nacional, para garantizar la seguridad de todos los ciudadanos.
Por los hechos, seis personas fueron detenidas y son indagadas por la Fiscalía. No obstante, la banda "los lobos", a través de un video difundido en las redes sociales, se atribuyó el asesinato del candidato y amenazó a otro dirigente político.
Quién era Fernando Villavicencio
Villavicencio, de 59 años, además de candidato presidencial, era líder sindical y periodista, labor por medio de la cual denunció varios hechos de corrupción, especialmente de autoridades del Ejecutivo.
Debutó políticamente como dirigente de la Coordinadora de Movimientos Sociales, afiliada al Movimiento Pachakutik, una organización indigenista de izquierda. Gracias a sus denuncias sobre corrupción, desenmascaró a políticos y empresarios, y pretendía acabar con las mafias si llegaba a la presidencia.
Durante su último discurso, minutos antes de ser asesinado, dijo: “Me siento orgulloso de que los delincuentes me odien. Sería terrible que los delincuentes me quisieran. Pero yo no les tengo venganza ni odio. Les tengo compasión. Y en nombre de todas las víctimas de esa tiranía, vamos a derrotarlos el 20 de agosto, para que nunca más se atrevan a volver a hacer del poder un instrumento de persecución a la gente de a pie”.