El peronismo quedó al borde de un quiebre, tras las fuertes acusaciones de Cristina Kirchner
La palabra de Cristina Kirchner.La política argentina ha sido sacudida por un episodio que podría marcar un antes y un después en la historia del peronismo. Cristina Kirchner, ex presidenta y figura central del movimiento, acusó de traidor a Axel Kicillof, gobernador de la provincia de Buenos Aires y uno de sus más cercanos aliados políticos.
Este enfrentamiento ha dejado al peronismo al borde de un quiebre histórico, generando una crisis interna sin precedentes.El conflicto estalló durante una reunión en la sede del sindicato SMATA, donde Cristina Kirchner pronunció fuertes críticas contra Kicillof.
Sin mencionar directamente la palabra "traidor", la ex presidenta hizo referencia a Judas Iscariote y Poncio Pilatos, figuras bíblicas asociadas con la traición y la falta de lealtad. "Los Poncio Pilatos y los Judas en el peronismo no van más", sentenció Kirchner, dejando claro su descontento con la postura del gobernador bonaerense.
La raíz del conflicto radica en la falta de apoyo explícito de Kicillof hacia la candidatura de Cristina Kirchner para las elecciones internas del Partido Justicialista (PJ), previstas para el 17 de noviembre. En el entorno de Kicillof, esta acusación ha sido vista como un gesto de debilidad y desesperación por parte de la ex presidenta, quien no ha logrado ordenar a su "hijo político".
La reacción en el entorno de Kicillof no se hizo esperar. Funcionarios cercanos al gobernador expresaron su sorpresa y descontento por la virulencia de las declaraciones de Kirchner. "Se ve que el acto le dolió. El papel que está jugando es muy triste. Se cree Jesús. Está claro que problema de ego no tiene", comentó irónicamente un funcionario de la provincia de Buenos Aires.
El acto al que se refiere el funcionario es el celebrado por Kicillof en Berisso, con motivo del Día de la Lealtad Peronista. Durante este evento, el gobernador bonaerense hizo un llamado a la unidad del peronismo, pero evitó pronunciarse explícitamente a favor de la candidatura de Cristina Kirchner.
Grieta
Esta ambigüedad ha sido interpretada por la ex presidenta como una traición, lo que ha desencadenado la crisis actual. La acusación de traición por parte de Cristina Kirchner ha dejado al peronismo al borde de un quiebre histórico.
La falta de consenso y la creciente tensión interna amenazan con fragmentar al movimiento, debilitando su capacidad para enfrentar los desafíos políticos y electorales que se avecinan. En el entorno de Kicillof, la situación es vista con preocupación, pero también con determinación.
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