Sin vuelta atrás, el Gobierno privatizará Aerolíneas Argentinas

El reciente anuncio del presidente Javier Milei sobre la privatización de Aerolíneas Argentinas ha generado un gran debate en el país. La decisión de utilizar un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) para declarar a la aerolínea “sujeta a privatización” ha sido vista por muchos como un atajo para evitar el tratamiento parlamentario y acelerar el proceso de venta parcial o total de la empresa.

Este movimiento ha suscitado diversas reacciones tanto en el ámbito político como en el económico, y ha puesto de manifiesto las tensiones existentes entre el gobierno y los gremios aeronáuticos. El DNU firmado por Milei se enmarca en el artículo 9º de la ley 23.696 de Reforma del Estado, que permite al Poder Ejecutivo declarar a una empresa estatal "sujeta a privatización" como se pretende con Aerolíneas Argentinas.

Esta medida busca sortear los obstáculos legislativos y avanzar rápidamente en la venta de Aerolíneas Argentinas, una empresa que, según el gobierno, arrastra un déficit crónico que pone en riesgo la sostenibilidad fiscal del país.

 El vocero presidencial, Manuel Adorni, argumentó que los gobiernos populistas anteriores son responsables de la situación financiera de la aerolínea y que la privatización es necesaria para sanear sus cuentas.

El anuncio ha generado una fuerte oposición en el Congreso, especialmente entre los diputados provinciales que temen que la privatización de Aerolíneas Argentinas vuelva a dejar sin conectividad a las provincias, como ocurrió en la década de 1990.

Los diputados aliados y de la oposición, junto con los trabajadores de la aerolínea, se movilizaron masivamente frente al Congreso para expresar su rechazo a la medida. La Cámara de Diputados había dado luz verde al proyecto privatizador elaborado por el macrista Hernán Lombardi, pero el tratamiento en comisiones quedó frenado debido a la falta de firmas suficientes para emitir un dictamen.

Impacto

La privatización de Aerolíneas Argentinas tiene implicaciones significativas para la economía y la sociedad argentina. Por un lado, el gobierno argumenta que la venta de la aerolínea permitirá reducir el déficit fiscal y atraer inversiones privadas que mejoren la eficiencia y la competitividad de la empresa.

Sin embargo, los críticos señalan que la privatización podría llevar a un aumento de las tarifas aéreas y a una reducción de los servicios en rutas no rentables, afectando negativamente a las provincias más alejadas y a los sectores de menores ingresos.

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