River fue superior y se quedó con el superclásico ante Boca en el Monumental

River Plate se impuso en el Superclásico ante Boca Juniors en el estadio Monumental con un contundente 2-1, en un partido que dejó en evidencia la superioridad del equipo dirigido por Marcelo Gallardo.

 Desde el inicio, River mostró una actitud dominante, con un planteo ofensivo y una presión constante que desarticuló cualquier intento de juego por parte del conjunto de Fernando Gago. Boca, por su parte, apostó por una estrategia defensiva que terminó por condenarlo a sufrir durante los 90 minutos.

El partido comenzó con un River decidido a imponer condiciones. La movilidad de sus mediocampistas y la precisión en los pases fueron claves para generar peligro desde los primeros minutos. Franco Mastantuono, la joven promesa de 17 años, fue el encargado de abrir el marcador con un golazo de tiro libre que dejó sin opciones al arquero Agustín Marchesín.

 Su ejecución impecable por el ángulo superior izquierdo fue el reflejo de la confianza y el talento que el juvenil ha demostrado en cada presentación. Boca intentó reaccionar, pero su planteo conservador le impedía generar juego fluido.

 La falta de conexión entre sus mediocampistas y delanteros hizo que dependieran de errores ajenos para acercarse al área rival. Fue así como Miguel Merentiel aprovechó una falla en la defensa de River para igualar el marcador momentáneamente.

Sin embargo, la alegría duró poco para el conjunto xeneize, ya que Sebastián Driussi, con un oportuno cabezazo tras un centro desde la izquierda, volvió a poner en ventaja al equipo de Gallardo antes del descanso.

Resistencia y determinación

En la segunda mitad, Boca intentó adelantar sus líneas, pero sin éxito. La férrea defensa de River y la seguridad de Franco Armani bajo los tres palos fueron determinantes para mantener la ventaja. Armani, una vez más, se convirtió en el héroe del equipo con atajadas clave en los minutos finales, frustrando los intentos de Boca por alcanzar el empate. Su actuación reafirmó su importancia en el equipo y su capacidad para responder en momentos decisivos.

Gallardo, fiel a su estilo, realizó cambios estratégicos para mantener el control del partido. La entrada de jugadores frescos permitió que River siguiera presionando y evitando que Boca encontrara espacios para atacar. La desesperación se apoderó del equipo de Gago, que nunca logró romper el esquema de cinco defensores con el que inició el encuentro. La falta de variantes tácticas y la ausencia de un plan ofensivo claro hicieron que Boca terminara el partido sin respuestas.

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