Sergio Martínez: de las recomendaciones para no boxear a su nuevo apodo

El 7 de junio del 2014, en el mítico Madison Square Garden, Sergio Martínez perdió el cinturón de campeón ante Miguel Cotto. Todo indicaba que esa caída marcaba el final de su etapa como boxeador.

Así fue durante más de seis años. Tras la disputa ante el puertorriqueño, a Maravilla se lo vio reflexivo en cuanto a su vida personal y encarando diversos proyectos como la actuación o la promoción de su libro "Corazón de rey".

Pero el tiempo pasó y pese a que su entorno se opuso duramente en un principio, el quilmeño tomó la decisión de regresar a la actividad con el enfrentamiento de este viernes en España ante José Miguel Fandiño.

Cabe señalar que el mencionado combate iba a tener lugar en el pasado mes de junio, pero fue aplazado por la pandemia de coronavirus. Mientras el púgil de 45 años lo gestionaba, muchas voces cercanas le dijeron que no era buena idea.

Incluso varios especialistas de la disciplina le sugirieron un evento de menor repercusión, a modo de exhibición, ya que no es lo mismo un enfrentamiento profesional contra el ibérico, nueve años menor y muy conocido por la potencia de sus golpes. Sin embargo, el argentino está muy confiado y no se alerta por la inactividad.

"Creo que todo lo que hago, lo hago porque es un desafío fantástico. Fandiño es un veterano, tiene 36 años. Pero soy un abuelo, un dinosaurio del boxeo".

Así, en diálogo con Boxeadores, Sergio lanzó un ocurrente apodo para su regreso y advirtió que no busca la aprobación de nadie, solamente su propia aceptación de saber que aún puede brindar un buen espectáculo. Además, Martínez agregó:

"Hoy tengo un rendimiento físico, técnico y mental muy superior al que tenía a los 35 años. No he estado en un ring en seis años, pero mi cuerpo y mi mente están funcionando de una manera espectacular".