ESTADOS UNIDOS

Los motivos del curioso festejo del Pity Martínez que involucró un martillo

El argentino en un gran momento con el Atlanta United.
domingo, 23 de agosto de 2020 · 11:16

La Major League Soccer transita una nueva temporada tras la coronación del Portland Timbers en lo que fue un desenlace atípico por la pandemia de coronavirus. El que la rompe en Estados Unidos es Gonzalo Martínez.

El Pity es una figura destacada del Atlanta United, que si bien comenzó con un arranque bastante irregular el certamen norteamericano (tres victorias y misma cantidad de derrotas), tuvo un victoria importante en su casa ante Nashville SC.

El 2 a 0 en el marcador no representó toda la superioridad de los locales que contaron con la grata participación del ex-River, que marcó dos goles y, tras el encuentro, celebró de una manera muy llamativa con un martillo en su mano.

El primero lo convirtió a los 39 minutos de juego: pelotazo largo de Remedi que controló muy bien Gonzalo y, a pura gambeta, de izquierda a derecha encaró en el área y la acomodó con un toque sutil. En el cierre del partido, cuando faltaban apenas tres minutos, estampó el segundo con un fuerte zurdazo al ángulo.

¿Por qué el futbolista de 27 años sostenía esa herramienta? Se debe a un ritual de la franquicia estadounidense. Previo a cada juego en el Mercedes-Benz Stadium, todos los players del local firman un clavo dorado antes de meterse en el vestuario.

La magia sucede una vez finalizado el match: la figura agarra su clavo dorado, que se lo entrega un hincha de la tribuna, y debe martillarlo en un riel de ferrocarril. En este caso fue el ex-Huracán por su partido sobresaliente.

Esta acción del conjunto de Martínez responde a un ícono de la ciudad (el primero fue construido en 1830). En esa década del 30, el Golden Spike era el último clavo que se hundía en el riel e indicaba la finalización de la conformación de las vías.

Además del volante ofensivo, otros argentinos supieron colaborar con esta ceremonia en el Atlanta y quedaron en la historia por tener su nombre grabado allí: Yamil Asad y hasta el propio Tata Martino se dieron el gusto en el pasado. 

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