La inspiradora realidad detrás de la relación de Calu Rivero y su novio ruso: "Es un gran espejo"

A pesar de que muchos desprecian el 2020, es innegable que este año representó una nueva oporturnidad para valorar la vida y los placeres que esta trae consigo; muchas fueron las parejas que terminaron de encontrar ese motivo para entender que todo se acabó, pero en el caso de Calu Rivero fue su chance para encontrar el amor.

La actriz habló con ¡Hola! sobre cómo conoció a su actual novio, Andréy Manirko, en febrero del año pasado en la ciudad de Nueva York, donde ambos se quedaron encerrados el inicio de la crisis sanitaria: "Fue algo inesperado, nos conocimos por amigos en común, en plena vorágine del Fashion Week". Sin embargo, el cierre de los vuelos fue la casualidad más linda que Rivero tuvo con el ruso.

A raíz de lo poco o mucho que se sabía del coronavirus hace casi un año, el creador audiovisual le sugirió a la argentina que no viajara a París, donde tenía un compromiso laboral con una importante empresa: "Ese mismo día, la marca me pospuso el viaje y a la media hora, a Andréy le comunicaron que su vuelo de regreso a su país también se cancelaba. Como la mayoría, creímos que eso duraría un mes, pero el tiempo fue pasando". Como muchos al ver que el cierre de fronteras empezaba a prolongarse, al igual que la cuarentena, Calu y el oriundo de Moscú decidieron comenzar a convivir.

Nos conocimos en un momento de mucha vulnerabilidad mundial, con el corazón abierto y conectamos desde un lugar muy sincero.

La actriz considera "increíble que en un momento tan difícil haya aparecido este amor", y Manirko se convirtió inmediatamente en ese compañero ideal para ella: "Es un gran espejo en el que puedo reflejar las cosas que quiero cambiar o aprender. A él también le pasa lo mismo". Una de las diferencias que por suerte Rivero encuentra a favor en su pareja es que, "él es muy de la lógica, la investigación, la búsqueda de información. Yo soy más de hacer la experiencia de una".

El intercambio de culturas

Calu quedó totalmente impresionada al ver que su novio ruso tomaba mate, y explicó cómo fue que llegó a esto estando tan lejos del sur de América: "Viviendo en Moscú, Andréy leyó mucho a Cortázar y como en sus libros él hace mucha referencia al mate, investigó y empezó a tomar"; pero ella no tardó en también involucrarse con las costumbres del país de su amor: "Incorporé el panqueque ruso que Andréy prepara con mucho amor. Ahora desayunamos panqueques rusos con dulce de leche y mate, claro".