Sale a la luz uno de los secretos mejor guardados de la reina Isabel II

Todas las monarquías tienen sus secretos, pues mantener a una familia frente al mando de un país no es cualquier cosa y requiere sus trucos, y cada día se conoce un poco más de las maniobras que existen dentro de la realeza británica. La reina Isabel II es una de las monarcas más famosas y longevas del mundo, y la manera en la que ha llevado su vida y su mandato siempre han generado una gran curiosidad.

Según el portal web Semana, un experto en la familia real británica, Phil Dampier, ha develado recientemente uno de los secretos mejor guardados de la reina y tiene que ver con sus preciadas carteras, esas que sin importar el lugar en el que se encuentre usa: "La reina se sentiría perdida sin su cartera".

Pero resulta ser que más que un accesorio para Isabel II, es más bien un elemento que facilita la comunicación con su equipo de trabajo, según Dampier escribió en su libro "Qué hay en el bolso de la reina: y otros secretos reales": "Es su posesión más preciada y una herramienta valiosa. La reina no va jamás a ninguna parte sin su bolso", pues es el objeto a través del cual, en apariciones públicas o en reuniones con mucha gente, le transmite a su séquito que el momento de irse, esto sucede cuando ella pone en cierto lado su cartera:

El único momento en que puede no llevarla consigo es cuando está en un ambiente relajado, como en el castillo de Balmoral.

Este truco es utilizado por la madre de Carlos de Gales para salirse de conversaciones incómodas, o cuando algún evento social se extendió demasiado y desea poder irse sin hacer alboroto, entonces sus asistentes intervienen de una manera sutil. De igual manera, se conoció que cuando la británica coloca su cartera en la mesa es porque está lista para irse en cinco minutos, y que cuando la pone en el suelo es porque no está disfrutando nada la conversación.

Dampier y algunos de sus colegas coinciden en los elementos que, probablemente, no falta en la cartera de Isabel II: chocolate para sus corgis, pastillas de menta, un labial, una pluma fuente, un pañuelo, una pequeña cámara y solo 10 libras, para dar de limosna en algunas ceremonias religiosas a las que asiste.