La inesperada confesión que cambió para siempre la vida de Ailén Bechara

Desde sus inicios como secretaria en los ciclos de entretenimientos de Guido Kaczka, Ailén Bechara logró convertirse en una de las modelos más queridas del mundo del espectáculo.

Siempre con una sonrisa en su rostro, la modelo  le dio todo al público que tanto la quiere y apoya en los diferentes proyectos donde incursionó. Desde su paso por el "Bailando por un sueño" hasta en diversas propuestas teatrales, Ailén Bechara ha sabido tener a la gente de su lado.

Pero así como la influencer ha hablado de las buenas cosas que le ha dado la vida, Ailén Bechara no tuvo problema en emocionarse frente a cámara y desvelar sus penas más grandes, como cuando un exparticipante de "Cuestión De Peso" aseguró que había sido pareja de su padre, Jorge Bechara.

La modelo nunca había expuesto a su familia al halo de la polémica, pero en esa oportunidad tuvo que comentar que no le parecía prudente hablar de ese tipo de situaciones ya que Jorge estaba batallando contra un cáncer y lo que sucedía en ese reality no ayudaba a sus emociones.

El fallecimiento de su padre

En 2018, el padre de la mediática falleció y ella no quiso tocar el tema hasta que una invitación a "PH: Podemos Hablar" le sirvió para echar luz a la cuestión que había acaparado la atención de la prensa años atrás. 

Según el testimonio de Ailén, ella supo de las preferencias de su padre cuando, utilizando su computadora, encontró una seguidilla de mails de Jorge con un profesor de Darregueira, el pueblo de donde es oriunda. El tono sentimental de la cuestión hizo notar a la modelo que las cosas no eran normales. "Yo en ese momento no entendía nada, la cabeza era otra y no se hablaba de lo que se habla hoy. Vi que ellos se decían cosas de amor. Yo era una nena y no entendía", confesó.

Tiempo después sus padres se separaron y lo que parecía un secreto de la intimidad de su padre terminó siendo un revuelo en el pueblo. A pesar del qué dirán, la familia intentó llevar todo adelante sin escándalo. "Él nunca me lo pudo blanquear. Una sola vez me dijo algo, pero nunca me dijo: 'Ailén, soy esto'. Yo me enojaba mucho porque sabía y estaba todo bien. Antes de morir me dijo que nunca quiso hacerme sufrir, que nunca hizo nada con mala intención".