Así es el presente de María Luján Telpuk, la azafata que rompió con lo establecido

En 2007, María del Luján Telpuk pasó del anonimato al reconocimiento mundial. La mujer que trabajaba en la policía aeroportuaria fue quien logró detener al empresario venezolano Guido Antonini Wilson mientras intentaba ingresar al país 790.000 dólares sin ser declarados. Su simple denuncia ayudó a desentramar uno de los casos de corrupción de la época kirchnerista.

La "chica de la valija", como llamaron a María del Luján Telpuk, además de ser una excelente policía contaba con una belleza como pocas. Cuando el caso se conoció, los medios quedaron obnubilados con el encanto de la muchacha de Santa Fe y las propuestas para modelar empezaron a llegar.

"Durante dos años me amenazaron, por eso siempre agradecí a los periodistas que me decían “exponete porque es lo único que te va a salvar la vida”. Por eso hice televisión, radio y teatro", confesó en una entrevista María del Lujan Telpuk. Todo cambió cuando entre las propuestas que llegaban mientras seguía trabajando, se cruzó con Marcelo Tinelli.

La gran apuesta

Según los dichos de la mediática, se topó con el conductor previo a que iniciara el certamen "Patinando por un sueño" y allí le llegó la propuesta. Sin dudarlo mucho, Telpuk renunció a la PSA y se lanzó al entrenamiento de patinaje sobre hielo, hasta que algo se cruzó con su sueño de participar en el reality de Tinelli. "Venía bien, ya tenía las tres primeras coreografías armadas. Una semana antes, me bajaron. Qué casualidad, no me permitieron ir al Calafate a hacer la foto de presentación. Fue todo al mismo momento que la campaña de Cristina. No sabés qué tristeza, lo que sufrí", confesó en una nota brindada a La Nación.

Luego de su fallido paso por el "Patinando por un sueño", llegaron las obras de teatro. Sergio Gonal fue el primero en creer en ella y no se equivocó. "Fue la mejor época, hice presencia en los boliches, presentaciones, las temporadas de antes eran otra cosa", manifestó la mediática, quien poco a poco fue cayendo en su realidad y, abrumada del inmenso movimiento mediático que había despertado, se alejó para siempre. “Dije basta, no quiero más. Me cansó Buenos Aires y alguna mala gente que me rodeaba”, se justificó en su accionar.

En Hughes, su pueblo natal, Telpuk hizo de todo, pero la gente del pueblo supo mirarla con los ojos del prejuicio. Cuando abrió un jardín de infantes privado, la maltrataron porque había hecho portadas de Playboy y era más conocida por su físico que por otra cosa, por lo que su sueño se hizo cenizas. "Volví a Buenos Aires y arranqué a estudiar para ser esteticista", contó quien además terminó una reciente carrera como auxiliar en farmacia.

Luego de varios intentos, hoy María del Luján Telpuk transita el duelo de la muerte de su madre dedicada por completo al diseño de Interiores, a la restauración de muebles y además tiene Namasté, una vinería en la cual se desempeña con su novio.