ESCÁNDALO

La historia de un capricho: el mayor delirio de Diego Maradona que le costó muy caro

En su momento de mayor auge, Diego Maradona elevó sus deseos económicos a un lugar impensado.
jueves, 25 de noviembre de 2021 · 10:00

En 1986, justo después de consagrarse como campeón del globo en el Mundial de México, Diego Maradona vivía en el momento más importante de su carrera: un gran potencial deportivo, la fama que siempre soñó y una incontable suma de dinero que ingresaba a su nombre cada mes.

Fue en ese entonces cuando la ambición por querer destacar entre las personas más millonarias del mundo, llevó al astro del fútbol a encapricharse con un objeto en específico: una Ferrari negra, la cual fue hecha especialmente para él. Un pedido que solo se le podía cumplir a un ídolo como Diego Maradona.

El auto terminó por ser un regalo de Corrado Ferlaino, el dueño del Nápoles.

El modelo específico que quería Diego Maradona era el automóvil deportivo Testarossa, uno que, en aquel entonces, se fabricaba en color rojo y era una de las mayores sensaciones de este mundillo. Sin embargo, el famoso jugador de fútbol la quería en negro, un color muy poco común en este fabricante.

Atónito frente a este pedido de Maradona, Guillermo Coppola, su entonces representante, hizo lo posible para hacerlo entrar en razón, pero el capricho fue más fuerte. Por este motivo, el íntimo amigo de Diego se tuvo que poner el comunicación con Enzo Ferrari, el dueño de la marca y quien se encontraba en su lecho muerte.

Este fue uno de los primeros modelos de Ferrari en salir en ese color.

Luego de un insistente tira y afloje con el famoso empresario, Coppola logró que hicieran un modelo único para Diego y así poder cumplirle el sueño que tanto anhelaba.

 

Un final desafortunado

Fueron varias las ocasiones en las que Guillermo Coppola contó cómo fue la reacción de Diego al ver su tan ansiado auto. "No lo podía creer, estaba maravillado", aseguró, pero la historia no finaliza ahí.

A lo largo de toda su vida Diego se mostró como un gran fanático de los autos.

Aunque el exterior encandiló a Maradona, cuando abrió el auto se llevó una inesperada sorpresa: "¿No tiene estéreo ni aire acondicionado?", consultó. "No, es un auto de carreras, no tiene estéreo, aire acondicionado, tapizados en las puertas, no tiene nada", le contestó Guillermo.

En ese momento, el futbolista se dejó ganar por la indignación y aseguró que, entonces, no quería ese auto. Pero luego de un tiempo de insistencia, terminó por quedársela.

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