"Le pedí una señal": la experiencia paranormal que marcó las creencias de Luis Ventura

Desde hace años, Luis Ventura acostumbra ser parte de las noticias por las primicias que brinda como chimentero, pero ha sabido estar en el centro de la escena por sus escándalos y conflictos con celebridades.

El periodista de espectáculos Luis Ventura logró que momentos de su vida tomaran notoriedad por su alto impacto, como cuando, hace unos meses, desveló en su paso como columnista en "Fantino a la tarde" una experiencia difícil de creer.

Cuando era niño, Luis Ventura supo consolidar una creencia por los seres del más allá. “Siendo un niño, mi padre, los sábados, cuando tenía franco, a la mañana, compraba claveles, y nos llevaba al cementerio de Avellaneda a las tumbas de mis abuelos y tío. Así, nosotros cumplíamos con el armado de la ofrenda floral, los floreritos y eso, luego rezábamos nuestras oraciones y nos íbamos”, dijo el tertuliano.

Este ritual familiar era importante en la familia de Luis Ventura, ya que luego de su paso por el cementerio, iban a almorzar afuera. Esos tiempos de felicidad y ritos en los que homenajeaban a los que ya no están se vieron drásticamente afectados cuando un sábado no estaban las tumbas y solo había un pozo.

"Fuimos hasta la administración del cementerio y nos dijeron que se había vencido el plazo de la tumba y que los huesos habían sido tirados en una fosa general. Nos quedamos sin tumba, sin restos y sin pasado, sin ese lugar", expresó el director técnico, quien a partir de ese hecho se juró no permitir que sus familiares repitieran semejante momento.

Herencia mística

"Tengo una capillita con mis santitos, mis floreritos y cuando me toca vivir alguna situación decisiva yo elevo mi oración, les pido a mis viejos, a Dios, a la Virgen", dijo con sinceridad el presidente de APTRA y, en base a ello, comentó que un día les encendió una vela a sus padres para que lo ayudaran con una decisión que debía tomar.

"La encendí a la mañana y pasó todo el día. Me fui y volví, más tarde me acosté a dormir y recé como siempre, el tema es que me levanté a la madrugada y la vela que estaba sobre la urna de mi papá estaba encendida", explicó sobre su costumbre. Lo sorprendente es lo que sucedió luego.

"Se tendría que haber apagado a las doce o una y eran las cuatro de la mañana del otro día. Lo tomé como una señal y respuesta a lo que le había preguntado, para mí fue como un mensaje”, concluyó Ventura en su relato.