"Pasan cosas": la conexión paranormal que une a Leo García con Gustavo Cerati

Leo García ha sabido combinar su reconocida trayectoria como músico compañero de grandes artistas con su faceta polémica y mediática, la cual llama más la atención en los últimos años.

En tren de confesiones, el hacedor de éxitos como "Isla" y "Reírme más" ha sabido poner en palabras diversos que sucedieron en su vida y los más impactantes los ha encontrado por Gustavo Cerati, su compañero y gran amigo. En una visita a "Vino Para Vos", Leo García contó anécdotas que pueden resultar difíciles de creer.

En el ciclo nocturno que presenta Tomás Dente, Leo García confesó que vivió experiencias paranormales con Gustavo Cerati y que en oportunidades, el cantante le da señales mediante diversas manifestaciones.

Fantasía y realidad

“Se aparece mucho mis sueños. Tengo un muñeco de él que me hizo mi sobrina que es artista y entonces me hizo un muñeco de Gustavo Cerati que es como un santo ahí que tengo, y con él pasan cosas” inició el artista pop en su relato.

Leo García comentó que en los inicios de la pandemia le había realizado un altar donde también estaba el muñeco de su sobrina. "Cuando me mudé, lo saqué y se cortó la luz", explicó sobre la curiosa experiencia y agregó "cuando saqué todo se cortó la luz como si hubieran saltado los tapones, pero no era en el edificio, era solamente mi departamento".

“Ahí le dije ‘che, creo que sabes que sacamos el altar de Gustavo y se cortó la luz’; por eso lo volví a poner y volvió la luz", remató el cantante en su insólito relato. No era la primera vez que sucedía, lo mismo pasaba con una lámpara que le había regalado Lilian, la mamá de Gustavo. "Siempre se prendía y se apagaba todo el tiempo”, contó.

“Dicen que los seres que están en el plano no físico usan las luces para expresarse”, reflexionó García y para cerrar su sucesión de hechos con Cerati, confesó que cuando fue a ver al rockstar días antes de su fallecimiento algo muy fuerte sucedió cuando se puso a llorar aferrado a su cuerpo. “Cuando me largué a llorar, los aparatos que estaban alrededor empezaron a sonar para llamar a la enfermera. Con eso yo sentí patente que me dijo ‘no quiero que vengas a llorar acá’”.