ASTROLOGÍA

Cuáles son los signos del zodíaco que no pueden evitar la maldad

Con este maleficio desde sus orígenes, estos signos son viles sin esfuerzo.
lunes, 6 de diciembre de 2021 · 08:30

Los signos del zodiaco han encontrado un nuevo resurgir en la juventud porque las nuevas generaciones han impuesto en la sociedad la importancia de la línea astral para su día a día y por ello es que dan importancia a estas lecturas.

Hombres y mujeres se rigen bajo la astrología cotidianamente y gracias a ella podemos comprender el por qué los signos actúan como actúan y por qué se manejan como lo hacen.

La astrología ayuda a comprender acciones y aspectos de la personalidad.

 

Cáncer, Géminis y Leo son quienes cargan con toda la maldad encima como nadie más en este plano. En esta nota te explicaremos cómo ven la vida estas tres casas astrales, es solo cuestión de estar atentos.

 

Los signos más malévolos

En la línea de los astros, Géminis encuentra sus caras que son terribles porque pueden aprovecharse para cometer venganzas y hacer daño. Ángeles y demonios a la vez, pueden mostrarse como dulces y cálidos pero cuando apenas ven que algo no les gusta se abocan a la idea de planear su venganza sin decir nada a nadie. 

Jimena Barón es una fiel representante de las geminanas. Nació el 24 de mayo de 1987.

Las personas de Cáncer tienen algo muy marcado y es su negatividad. Cuando alguien toca su orgullo y se mete con ello, no tienen piedad a la hora de elaborar un plan para dañar a otros.

Si alguien no comprende lo mal que la pasan, también saldrán lastimados por no tenerles empatía. Su método es cruel: las palabras más hirientes y los comentarios más delicados serán el repertorio de su ira desatada.

El ícono del trap argentino Duki es de Cáncer. Nació el 24 de junio de 1996.

 

Los leoninos no tendrán problema en hacer sentir a otros que les caes mal, pero si alguien de su confianza les traiciona o hace algo que no estaba en sus planes, todo se derrumba. Su abrumadora venganza es letal y arremeterán contra el ánimo ajeno sin despeinarse.

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