La inesperada acción del príncipe Carlos que logró descolocar a la reina Isabel II y a la realeza

La vida del príncipe Carlos estuvo expuesta a la crítica desde que era muy joven, pues el hecho de que se haya convertido en el heredero directo al trono a sus 4 años, atrajo la mirada del mundo de manera automática hacia él. Siempre se ha creído que su vida ha estado llena de infelicidades y contradicciones, debido a que constantemente se ha debatido entre cumplir con lo que la reina Isabel II y la monarquía esperan de él o seguir sus instintos.

Siempre hubo mucha polémica en torno a la existencia del príncipe, si bien su matrimonio con Lady Di y sus aventuras con su actual esposa, Camila de Cornualles, es de los actos más escandalosos de su vida, hay excentricidades propias que han hecho que su madre y todos en la realeza se queden sin palabras. La compra de Highgrove House en la década de los 80 fue una de las acciones más sorprendentes del hijo de la monarca.

En el documental "Secrets of the Royal Palaces", las expertas en la monarquía inglesa Julie Montagu, Susie Boniface y Glynis Barber hablaron sobre lo que significó esta decisión del padre de William y Harry para la reina y su familia en aquel momento, al tener en cuenta que los miembros de la realeza nunca han tenido la necesidad de comprarse alguna propiedad. La primera de ellas aseguró: "Creo que fue una sorpresa para todos", mientras que Susie enunció:

"La Familia Real no compra casas. Ellos las heredan".

Barber ofreció el valor que gastó el heredero al trono en ese momento por la gran vivienda: "Cuando Highgrove salió al mercado, Carlos la compró por 865 mil libras esterlinas". Julie afirmó que esta casa simplemente le pareció perfecta al británico, sus nueve habitaciones la hacían ideal para lo que buscaba en términos de arquitectura, ya que no quería hacerse con una propiedad más grande en ese entonces.

El nido de amor del príncipe

Highgrove House siempre fue ese lugar perfecto para el príncipe y fue el principal punto de encuentro para su romance incógnito con Camila. Mientras que ambos disfrutaban de la paz y tranquilidad que ofrece esta vivienda alejada de la ciudad, Lady Di por su parte nunca logró ser feliz en ese lugar. La duquesa de Cornualles siempre compartió con el hijo de Isabel II los mismos gustos por la jardinería, y este casa se convirtió en un espacio perfecto para poner en práctica este pasatiempo juntos. En los años 80 era común que Camila hiciera visitas nocturnas al príncipe, incluso los empleados tenían la orden de recoger y esconder sus cosas para cuando fuera Diana, quien siempre estuvo consciente de la situación y prefería solo ir a pasar los fines de semana con sus hijos.