Cómo cuidar la planta fantasma, la suculenta que cambia de color según la luz que recibe

Vuelven las restricciones y habrá que estar más tiempo en casa. Ante esta situación, cultivar plantas en el hogar se potencia como una de las opciones más atractivas y saludables. Y entre las plantas predilectas, las suculentas son las que van a la vanguardia.

Entre las suculentas más fáciles para cuidar está la llamada planta fantasma, cuyo nombre científico es Graptopetalum paraguayense. Originaria de la América Central, es muy versátil y fácilmente adaptable a cualquier tipo de clima.

Los expertos recomiendan ubicar esta crasa al aire libre, en sitios donde reciba mucha luz solar. En caso de colocarla en ambientes interiores, deberá colocarse cerca de una ventana porque debe recibir luz solar, por lo menos, cuatro horas al día.

Lo más atractivo de esta variedad es que el color de la planta cambia según la luz. Es por eso que, a pleno sol, logra una tonalidad rosada y amarilla. Y en sitios donde está a la sombra vira al púrpura y al azul.

Son de muy fácil reproducción: usando alguna de sus hojas con la base apenas recortada, se debe colocar en tierra, donde echará raíces y logrará crecer rápidamente. Eso sí: deberá contar con una buena capa de drenaje hecha con arcilla o piedra triturada, y luego un sustrato liviano, rico en materia orgánica.

En este caso, como en la mayoría de las suculentas, se deberá regar una vez a la semana, durante la primavera y el verano, y más espaciado en otoño e invierno.

Esta planta fantasma crece lentamente y logra desarrollarse entre los tres a seis meses. Ofrece una flores pequeñas de color amarillo y rosado que suele atraer a muchos de los insectos benefactores del jardín, como las abejas, mariposas y las vaquitas de San Antonio.