San Pedro, el milenario cactus que abandonó la Cordillera para instalarse en los jardines porteños

Es nativo de la Cordillera de los Andes, de aquellas zonas que rondan los 3.000 metros de altitud. Conocido como cactus de San Pedro, los científicos llevan estudiándolo desde hace tiempo por sus amplias propiedades. 

Aunque es originario de Bolivia, Perú y Ecuador, hoy se cultiva en todos lados, incluso en macetas, ya que es muy fácil para tener en casa.

Esta variedad de cactus es una planta con una columna ramificada y tallo de color verde. En algunos casos, sobre todo si se da en tierra, puede llegar hasta los 6 metros. Tiene bellas flores de color blanco que se abren de noche y viven a lo sumo dos días.

Es un tipo de planta que se puede cultivar en maceta porque sus raíces son superficiales. Eso sí, hay que tener en cuenta que no soporta bien las heladas, que pueden generarle problemas de crecimiento.

Puede crecer unos 50 centímetros al año y, aunque necesita buena cantidad de agua, puede sufrir el daño de plagas u hongos. Es por este motivo que precisa que el suelo donde se encuentra sea de buen drenaje.

Respecto a la luz solar, este cactus se beneficia con el sol directo pero no en exceso, ya que puede sufrir quemaduras en sus ramas. Por eso, se aconseja que esté durante el verano en las zonas luminosas pero con algo de sombra. En invierno, precisa de sitios frescos y luminosos, además de buena ventilación.

Respecto del riego, solo debe hacerse cuando la planta lo pida; en general, se recomienda hacerlo cuando la tierra esté seca. En invierno, deberá regarse una vez al mes.

Como suelen sufrir el ataque de hongos, se deberá estar atento a la humedad del suelo y que la tierra tenga un buen drenaje para  evitar encharcamientos.