Ya nada será igual: la producción de El Trece traicionó de la peor forma a Darío Barassi

Con su innovador programa de entretenimientos, Darío Barassi se ganó el cariño del público y de los participantes que se presentan. Sin embargo, desde hace unos meses se instaló que el presentador tiene una relación tensa con su producción: planos que no lo favorecen, secretos detrás de cámaras y una adoración por Monchi Balestra, su reemplazo. 

A pesar de los cruces en la pantalla de El Trece, el conductor de "100 Argentinos Dicen" jamás creyó que su equipo lo dejaría afuera de los planes del canal. Lo cierto es lo mantuvieron fuera del grupo de WhatsApp durante todo este tiempo y fue recién ayer cuando Darío lo descubrió gracias a una pregunta del panel. 

"¿Cuál es tu grupo más pesado?", lanzó el actor argentino y una participante pulsó el botón rápidamente: "El de la facultad". Las respuestas correctas siguieron apareciendo en el panel hasta que llegó el turno de hablar de los mensajes del trabajo. Al notar que era la segunda opción más comentada por los argentinos, el artista quedó boquiabierto: "Yo no tengo grupo de trabajo". 

¿Hay un grupo de WhatsApp acá? ¿Por qué yo no estoy? Mostrame ya, por favor. Quiero saber todos los que están. 

Fuente: (El Trece)

Acto seguido Darío Barassi le quitó el teléfono a su productora y comenzó a revisar a todos los integrantes. La respuesta que obtuvo de su equipo de trabajo fue que están solo los que trabajan y, al parecer, él no. A los gritos se mostró indignado por esta traición a sus espaldas, más aún cuando bromearon sobre la posibilidad de que Monchi Balestra sea el administrador del mismo. 

Barassi tuvo una pésima noche de domingo

Lejos de las cámaras televisivas, las redes sociales se convirtieron en una gran ventana de la vida de Darío Barassi. Por ejemplo, en las últimas horas decidió compartir con sus seguidores de Instagram sus planes de domingo: "Quiero comer con mi mujer, ver un capítulo de Luis Miguel y dormir". 

Sin embargo, su rostro enojado frente a la cámara demostró que ninguno de esas actividades fue posible. Al tener una pequeña de menos de un año, no todo es sencillo: largas horas en vela y dibujitos animados en lugar de películas son algunos de los cambios desde la llegada de Emilia.