El catolicismo festeja la Pascua: cuál es la diferencia con la celebración judía

Son celebraciones que nacieron en un mismo lugar. De origen hebreo, la Pascua para el catolicismo conmemora la Resurrección de Jesucristo al tercer día después de haber sido crucificado.

Es una fecha variable ya que puede darse entre el 22 de marzo y el 25 de abril, tras los cuarenta días de cuaresma, considerados para la Iglesia Católica como una etapa de recogimiento y también de penitencia.

La Semana Santa se inicia con el Domingo de Ramos que conmemora la entrada de Jesús, victorioso, a la ciudad de Jerusalén. El Martes Santo recuerda el momento en que Cristo anuncia la traición que recibirá de parte de Judas, quien era uno de sus discípulos. El Jueves Santo recuerda la última cena. Por su parte, el Viernes Santo, fecha en que suele realizarse el Vía Crucis, se recuerda su crucifixión. Tras la vigilia, el Domingo de Pascua es un día de festejo, ya que es la fecha de la Fiesta de la Resurrección.

La fiesta de la Pascua judía es una de las más importantes del calendario hebreo y forma parte de las tres peregrinaciones bíblicas a Jerusalén. Llamada Pésaj, se celebra la liberación de la esclavitud en Egipto y los 40 años que debieron caminar por el desierto para alcanzar la nación libre.

Tanto los hechos que conmemora la Pascua judía como la cristiana se encuentran en la Biblia. El relato de Pésaj se incluye en el Éxodo donde detalla de qué manera “los hijos de Israel”, tras el líder Moisés, escapan de la esclavitud en Egipto y se refugian en el desierto. Allí sobreviven durante 40 años hasta llegar a Canaán, la tierra prometida. En cambio, el relato de la Semana Santa católica está en el Nuevo Testamento.

Durante la semana que dura la Pascua judía no se consumen alimentos fermentados, como una forma de recordar la premura por salir de Egipto que les impidió hacer pan con levadura. En estos días, la Matzá o pan ácimo se incluye en el menú y sustituye al pan normal.