Darío Barassi se enteró de lo peor y estalló al aire: “Qué basura que sos”

Últimamente, Darío Barassi ha causado mucha impresión en las redes sociales debido a los comentarios que ha hecho frente a las cámaras de El Trece. Un claro ejemplo de eso se evidenció recientemente, mientras el actor conducía su programa de todas las tardes, “100 Argentinos Dicen”.

En esta oportunidad, Barassi empezó el ciclo con una fuerte advertencia: “Sí, lo tengo subido, porque me hace ver más flaco”, refiriéndose al doblez que le había hecho al pantalón. A pesar de las burlas que recibió por parte de la producción, el famoso decidió cambiar el tema y comentar lo siguiente: “Buen lunes, qué día difícil” e inmediatamente les dio la bienvenida a los concursantes.

“Hoy vuelve la familia Quintana, familia que me cayó en gracia, divinos todos, de verdad. ¿Trajeron los criollitos que iban a traer los cordobeses?”, preguntó Darío. Pero, al parecer, la familia en cuestión dio una negativa, pues el conductor de El Trece casi de inmediato estalló: “Qué basura sos, cordobés, qué basura sos”, concluyó y prosiguió con la primera dinámica del programa.

Fuente: (El Trece)

Barassi fue discriminado

Hace un par de días, Darío contó a través de su cuenta oficial de Instagram el mal rato que pasó cuando fue a realizarse unos estudios médicos: “El fin de semana pasado empecé a sentirme mal, me dolía la vista, la espalda, las cervicales, estaba un poco abombado”. Frente a dicha eventualidad, los doctores le recomendaron que se fuera hacer una resonancia, pero, durante el proceso, pasó algo inesperado.

“Cuando entré al cuartito para cambiarme y hacerme la resonancia, una señora que estaba saliendo del resonador me dice ‘Éxitos, gordito, te felicito por el programa’. Pero cuando me estoy empezando a cambiar, escucho que la señora le dice a la piba que me había llevado hasta ahí ‘¿Che, pero entra Barassi en el aparato?’”, relató Barassi. Incluso, el actor destacó que en aquel momento pensó en contraatacar de una manera muy cruel, pero luego se calmó.

“Me dolió. Le dije: ‘Señora, ¿quiere quedarse a ver? ¿Quiere pagar como si esto fuera Mundo Marino para ver si el gordo entra en el tubo ese?’”, pero la señora solo bromeó y se marchó. Como era de esperarse, Darío pudo realizarse los exámenes pertinentes y no tuvo ningún inconveniente con la máquina. Sin embargo, le quedó el trago amargo de tal situación.