CON ESTILO
Chifón de naranja de Maru Botana: una masa suave y esponjosa para la hora del té
Rellena con crema cítrica y finamente perfumada con un almíbar.Es uno de los pasteles más fáciles de elaborar, más livianos y más tradicionales. Es el chifón, un bizcochuelo donde la manteca se reemplaza por aceite y las claras batidas a nieve lo dotan de una esponjosidad especial. Maru Botana, experta en delicias dulces, propone una versión de naranja para la hora del té.
La pastelera, que tiene locales donde vende sus especialidades, también brinda sus recetas por las redes sociales o canales de cocina. Este chifón es sencillo de hacer y de resolución práctica para sumar a la hora de la merienda.

Por lo pronto, para la masa, se necesitará ralladura y jugo de un limón, 2 cucharadas de polvo de hornear, 7 claras batidas a punto nieve, 250 gramos de azúcar, 7 yemas, 50 gramos de azúcar (para las claras), 100 centímetros cúbicos de aceite neutro y 300 gramos de harina.
Para elaborar esta chifón, Maru recomienda batir el azúcar y las yemas con la batidora. Pasar a otro bol y añadir los secos (harina y polvo de hornear) integrando con movimientos envolventes. Sumar la ralladura y jugo de naranja o limón y el aceite.
Finalmente integrar las claras batidas a nieve con el azúcar: habrá que mezclar con delicadeza para evitar que la preparación se caiga. Llevar a un molde y hornear por 40 minutos a fuego mediano.

Más allá de este bizcochuelo, Maru propone agregar un almíbar cítrico, con azúcar impalpable, jugo de naranja y una crema de naranja, elaborado a base de 6 huevos, 2 cucharadas de fécula de maíz, 1 taza de azúcar y 2 tazas y media de jugo de naranja. Mezclar en una cacerola y revolver sin parar para obtener una crema o curd homogénea y sostenida.
Para el armado, cortar el chifón en capas parejas y humedecer con al almíbar; alternar las distintas capas de masa con la crema y repetir hasta terminar. Decorar con cascaritas de naranja almibaradas.
Un dulce especial
Este pastel o bizcochuelo fue creado en 1927 por Harry Baker, un vendedor que se dedicaba, entre otras cosas, a realizar catering. La receta se mantuvo en secreto hasta que Baker la vendió a General Mills, corporación estadounidense dedicada a productos alimenticios, con sede en Minnesota.
A partir de ese momento, se comenzó a llamar chifón. Hubo otras variantes que se publicaron en un documento de Betty Crocker, marca y personaje ficticio utilizado en campañas publicitarias de alimentos y recetas.