CON ESTILO
Maru Botana propone una receta de isla flotante con sabayón, fácil de hacer y deliciosa
Consiste en claras batidas a punto nieve, que se llevan al horno por 50 minutos.La Isla flotante es uno de los postres más tradicionales de la pastelería. Su textura suave y su sabor a caramelo generan que sean muchos los fieles devotos a su sabor. Y como no podía ser de otro modo, Maru Botana propone su versión especial.
Los ingredientes que sugiere la pastelera son 250 gramos de azúcar, para el caramelo; para el sabayón 250 mililitros de vino Marsala, 200 gramos de azúcar y 6 yemas y, para la isla propiamente dicha, 24 cucharadas de azúcar y 12 claras de huevo.
Por lo pronto, la preparación se inicia con la mezcla de la isla. Para ello, Maru mezcla en la batidora las claras y el azúcar hasta que tomen cuerpo y logren una consistencia de merengue.
Paralelamente se elabora el caramelo. Se coloca el azúcar en un molde Savarín y se pone a fuego bajo sobre la hornalla, girando y moviendo el molde con la mano hasta que obtenga el color típico de la preparación, finalmente esparcir.

Una vez que el caramelo esté frío volcar el batido en el molde y llevarlo al horno, también bajo, y cocinar a baño de maría por 50 minutos. Luego, apagar el fuego y dejar que la isla se enfríe dentro del horno.
El sabayón, por su parte, es sencillo de elaborar: se mezclan las yemas con el azúcar y el oporto y, a baño maría, se mezcla sin dejar de batir hasta que tome cuerpo. Se sirve sobre la isla flotante o bien como base.
Un postre con historia
La isla flotante es un postre europeo de origen francés, se trata de merengues suaves y livianos que “flotan” sobre sabayón o crema inglesa de vainilla.
En la cocina francesa se hace con merengue, aunque hay una versión inglesa que contiene islas hechas de capas alternas de galletas de postre, humedecidas en alguna bebida alcohólica y con mermelada.
En la versión que propone Maru Botana, el sabayón es la crema con alcohol que hace de fondo sobre la que flota el merengue. Una propuesta que recomiendan degustar en el mismo día en que se elabora, para gozar de sus sabores.