Con una versión propia, Christophe Krywonis enseña a hacer la tradicional tarta tatin

Tarta tradicional de Francia que se ha ganado un lugar en todo el mundo, como una alternativa para comer tanto fría como tibia, acompañada con una bocha de helado o con un copete de crema chantilly. Y, para hacer honor a sus orígenes, Christophe Krywonis brinda la receta de su versión.

Para la masa de esta tarta, los ingredientes que propone el cocinero francés son 50 gramos de manteca pomada, 2 tazas de harina, sal, agua y 10 gramos de azúcar. Y, para el relleno, 8 manzanas verdes, que deben estar peladas, sin semillas y cortadas en cuartos.

Uno de los puntos fundamentales para esta elaboración que enseña Christophe es la masa. Se deberá mezclar en un bol la harina con la sal, el azúcar y la manteca pomada; agregar agua hasta obtener una masa homogénea, cubrir con papel film y llevar al frío durante una hora como mínimo.

Luego, se debe estirar con palote para que la masa quede con medio centímetro de espesor y volver a llevar a la heladera. Paralelamente, se deberá armar un caramelo con 2 cucharadas de manteca y 50 gramos de azúcar

La preparación es sencilla. Colocar una mitad de la manzana en el centro de la sartén con el caramelo y rodear con los cuartos de manera tal que quede toda la superficie cubierta. Cubrir con la masa y sacar el exceso. Llevar a horno por 45 minutos. Desmoldar de modo tal que quedan hacia arriba las manzanas con el caramelo.

Una historia de hermanas cocineras

El origen de esta tarta que da a conocer Christophe fue en Francia, en el hotel Tatin, tal era el apellido de las dos hermanas que dirigían el establecimiento, en Lamotte-Beuvron, al sur de Orleáns. El lugar era centro de atracción para políticos y ricos hombres de negocios, que se acercaban a esta localidad para practicar la caza y allí se alojaban.

Las versiones sobre la creación de la tarta son diversas. Una dice que una de las hermanas cometió un error al caramelizar las manzanas y la tapó con masa para disimular su equivocación. También puede ser que no les funcionara el horno y tuvieran que hacerla al fuego de una hornalla o caldero y no tuvieron mejor idea que servirla invertida.