CON ESTILO

Magdalenas de banana: una propuesta original de Narda Lepes para un clásico francés

Son muy sencillas de elaborar y muy proteicas para sumar en la merienda.
lunes, 12 de julio de 2021 · 15:30

Son consideradas como una de las propuestas dulces más tradicionales de la pastelería francesa, tanto que hasta el propio escritor Marcel Proust, en su libro “En busca del tiempo perdido”, las menciona con nostalgia de su infancia. Pero en Argentina, también son muy comunes para la tarde y Narda Lepes propone una versión diferente.

La cocinera elige sumarle banana a esta masa para proveerla de humedad y de un sabor distinto. Los ingredientes que se necesitan para esta opción son los siguientes: 200 gramos de chocolate amargo, 200 gramos de azúcar, 5 bananas, 2 huevos, 3 cucharadas de melaza, 700 gramos de harina leudante y 600 centímetros de crema de leche.

Llevan menos de una hora de horno. Y puede agregarse nueces o ralladura de naranja. 

Para iniciar el proceso de elaboración, será necesario picar el chocolate groseramente y reservar. Por otro lado, habrá que cortar las bananas en cubos pequeños y mezclarlas en un bol con la melaza y el aceite.

La receta de Narda continúa con la mezcla de los secos en otro bol (harina tamizada con la canela y el azúcar). Luego habrá que añadir la crema fría y los huevos y mezclar hasta obtener una crema uniforme. Luego, será importante incorporar las bananas en varias tandas y agregar el chocolate picado.

Ya con todo esto listo, se necesitará enmantecar los moldes y completar hasta la mitad y llevar a horno medio durante 25 minutos.

 

Una delicia con vida y obra

La magdalena es un pequeño pastel individual que tiene la forma de una vieira. Marcel Proust lo menciona en su libro donde encuentra en su magdalena todo el sabor de su niñez. Pero además la madeleine, es un símbolo emblemático de Francia.

Su origen es discutido. La historia que más se conoce es que una joven, de nombre Madeleine Paulmier, empleada de la Marquesa Perrotin de Baumont, inventó en 1755 esta receta para el rey Stanislas, que pasaba su tiempo en la zona, cuando iba a cazar.

Otros historiadores sostienen que fue una chica, llamada Madeleine quien ofreció a los peregrinos una magdalena que ella cocinaba en la caparazón de una vieira.

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