Versátil y decorativa: secretos para tener una hiedra en ambientes interiores de nuestro hogar

Trepadora y de apariencia leñosa, la hiedra es una de las plantas más usadas en jardines y cercos. Sin embargo, las nuevas tendencias en decoración la posicionan en el podio de las variantes para tener en ambientes internos de nuestro hogar.

Y es que esta planta no solo se adhiere a las paredes y a los árboles, sino que además tiene un efecto tapizante, es decir que cubre canteros y luego sube por paredes y árboles. Además, eso hace que se puedan usar en macetas colgantes.

Lo interesante de la hiedra es que tiene rápido crecimiento y es perenne, con hojas lanceoladas, si están en ramas florales, y otras palmeadas, en el caso de las ramificaciones que no dan floración.

Cuenta con unas raíces muy pequeñas que salen de los tallos que les permiten amarrarse a las paredes. La hiedra común o Hedera Helix es la que recomiendan los expertos para tener en ambientes internos.

En el caso de tener una hiedra cultivada en maceta, se aconseja ubicarla en un rincón donde haya mucha luz natural, aunque tiene que estar alejada de los rayos directos. En cuanto al riego, no necesita demasiado; en invierno, habrá que regarla una vez por semana.

Señal de alarma

El problema puede surgir cuando la hiedra no está bien cuidada. Entre las señales que habrá que tener en cuenta, se mencionan las hojas pálidas o las hojas secas. En el primero de los casos, habrá que cambiarla de lugar porque está recibiendo mucha luz. En el segundo ejemplo, será lo contrario: si está en interior, en una maceta, se recomienda cambiarla a un lugar más fresco y rociarla con vaporizador.

La hiedra puede ser sensible a ciertas bacterias, que se muestra como manchas negras en las hojas. Para solucionar este problema, será imprescindible cortar las hojas dañadas y pulverizar con fungicida.