La trágica muerte de un hijo marcó su corazón: cómo es la vida hoy de Antonio Grimau

Dice que personificar a Sandro en la ficción lo salvó, que la vida le dio muchas posibilidades y que, después de cada caída, pudo levantarse. Lo cierto es que Antonio Grimau no tuvo una vida sencilla y la historia de tragedias familiares comienza cuando él era muy pequeño.

El conocido actor de telenovelas contó que, con solo 12 años, perdió a sus padres y a dos de sus hermanos. Y eso lo obligó a salir a trabajar de lo que surgiera. Aunque trabajó de todo, reconoce que la vocación fue siempre uno de los principales pilares que lo mantuvo a flote.

En algunos episodios de mi vida, lo que me ha salvado es un ánimo vital. Aferrarse a la vida con uñas y dientes es fundamental.

Pero más allá de la historia que involucra a la niñez de este actor que se supo destacar en novelas, películas y también en obras de teatro, hubo un episodio que lo marcó para siempre y que fue la muerte de su hijo Lucas, que tenía 36 años.

Algunas heridas no cicatrizan nunca y otras van cicatrizando de a poquito.

Ese caso tuvo transcendencia en los medios por las desprolijidades que tuvo el sistema de asistencia y también la Justicia. Y porque durante varias semanas, tanto Antonio Grimau como la mamá de Lucas, la también actriz Leonor Manso, lo buscaban desesperadamente porque no sabían nada de él.

Un hecho luctuoso que ensombreció la vida del actor

El hecho ocurrió la madrugada del 6 de febrero de 2010 cuando Lucas Rebolini Manso llegó al Hospital Fernández con un cuadro de excitación psicomotriz, presumiblemente por el consumo de drogas. Tras 15 minutos de permanecer en la guardia, logró escaparse desnudo del centro asistencial.

Pero en la esquina del nosocomio del barrio de Palermo fue recapturado por policías de la comisaría 53 y una ambulancia. Cuatro días más tarde, el 10 de febrero, falleció en el mismo hospital.

Hoy, tras largos procedimientos legales, la causa por la muerte de Lucas Rebolini Manso fue archivada por la Justicia al entender que fue producto de una "fatalidad" y que no hubo negligencia en la asistencia médica que recibió.

Tal fue la resolución del juez de instrucción porteño Carlos Manuel Bruniard, por la causa que investiga si la policía lo había golpeado al recapturarlo en la calle. El cuerpo de Rebolini Manso estuvo 34 días en la morgue sin ser identificado, a pesar de que sus padres llevaban días buscándolo.