IMPENSADO
Nadie lo esperaba: Soledad Pastorutti tuvo un exabrupto al aire que descolocó a todos
La cantautora fue fiel a sus sentimientos y no le importaron las apariencias.Los roles de cada coach en “La Voz Argentina” están bastantes claros, pero ayer Soledad Pastorutti se corrió un poco del perfil que había mostrado hasta ahora y dejó fluir su personalidad. Si bien la cantante oriunda de Arequito es conocida por su buen sentido del humor y su simpleza, en el reality siempre mostró su faceta más profesional y fue quien más se ha referido a cuestiones de técnica vocal.
A pesar de esa realidad, en la última emisión del ciclo de Telefe, la intérprete de “El Bahiano” no pudo con su genio y lanzó una frase que dejó ver su descontracturada personalidad. “Cuando se junta mucha gente en el escenario, el mayor desafío es que se pongan de acuerdo tres voces que no están acostumbradas a cantar juntas. Encima con una canción que son de esas que si no se cantan bien en dos segundos se las manda al tacho”, expuso y remató: “Qué lindo que es el folklore, qué linda es nuestra música”, seguido de una mala palabra con la que expresó el gran sentimiento de emoción que la invadía.
El comentario y la emoción de la Sole venían a colación de una presentación de tres integrantes del team Lali, quienes interpretaron el clásico chamamé escrito por Jorge Fandermole, “Oración del remanso”. La historia y la melodía de la canción suelen emocionar a la folklorista, ya que en otras ocasiones que ese track fue llevado a “La Voz” no pudo evitar las lágrimas, pero sin lugar a dudas el sentimiento que los concursantes le pusieron hizo que la artista se saliera de la vaina, como reza una de sus composiciones.
“Una de mis preferidas”
Por su parte, Ricardo Montaner también dio una devolución sobre la batalla del equipo de Espósito y agradeció que hayan llevado esa canción al escenario. “Posiblemente esta sea una de mis canciones preferidas de la vida por lo que la letra representa, no solamente la angustia del pescador sino también un hermoso reclamo a Dios. Me transportó a mí y a la situación del planeta, todos peleados con todos”, expresó y continuó: “Se olvida uno de lo necesario que es el otro. En vez de preocuparnos porque cada día haya pescado en las redes, nosotros utilizamos ‘las redes’ para pelearnos. Han sabido interpretar de manera ejemplar la idea del autor”.