CON ESTILO

Todo lo que la moda pop le debe a Raffaella Carrà: lycra, brillos y diseños transgresores

Fue a la vanguardia no solo en la música sino en sus particulares outfits.
martes, 6 de julio de 2021 · 18:30

Imágenes borrosas de un hit que dio vuelta al mundo, “Hay que venir al Sur”, y ella, Raffaella Carrà, imponente, en medio de un paisaje de ensueño y frente al mar, donde apelaba con sus letras a la libertad y al amor, y donde lucía, como los bailarines que la acompañaban, adherentes y coloridos trajes.

Tras la muerte de esta cantante, actriz y presentadora, mucho se dijo sobre sobre su trabajo y sus canciones. Pero también, fueron muchos los artistas vinculados a la música pop y a la moda que agradecieron en las redes la impronta de este ícono de la vanguardia.

Impuso el rojo como uno de los colores que expresan libertad. 

No siempre fue rubia, pero cuando adoptó ese color para su cabello, fue su sello inigualable. Tuvo un paso por el cine, aunque consideró que estar en ese rubro era “una cárcel”. Quisieron vestirla con un vestido de Yves Saint Laurent negro con rosas azules y ella se negó:

¡Tengo 26 años, quiero ponerme una minifalda! ¡Este señor no va conmigo, quiere vestirme de señora mayor!

Inspirada en el música “Hair” que vio en Estados Unidos, regresó a Italia y llevó a la música los colores y el ritmo del pop. No había nacido Katy Perry ni Ariana Grande cuando Raffaella ya había empezado a lucir los brillos, contaban los especialistas.

Cuando le probaban un atuendo, ella pedía más escote y faldas más cortas. 

Llevaba trajes impensables, con sentido del humor diría yo. Y además cómodos, para poder bailar

Entre los diseñadores que trabajaron para ella figuran Corrado Colabucci, que hizo los vestidos de Mina; el elegante Luca Sabatelli y el sastre Gabriele Mayer. “Ellos me han arropado toda la vida”, confesó la artista.

 

Si hasta se hizo una muestra en su honor

El vestuario de Raffaella fue tan importante que el museo de la Cinecittà le dedicó una retrospectiva. Fue justo mientras ella aún vivía, hace tres años, en la exposición Iconoclasti.

La exposición inspirada en sus vestidos tuvo una enorme afluencia de público. 

La muestra repasaba los estilos de la artista: se dieron a conocer cuarenta vestidos, procedentes de los almacenes de la RAI y otros tantos de la colección particular de la propia Carrà

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