FUE EN 2010
Protagonizaron una tira y nació el amor: cómo es la historia de Florencia Bertotti y Federico Amador
Ahora conforman una familia ensamblada y tienen proyectos lejos de la actuación.Se los ve felices y ellos aseguran que tienen una vida plena. Se trata de Florencia Bertotti y Federico Amador, dos actores que unieron sus vidas ya hace 10 años y hoy conforman una armónica familia ensamblada.
Lo cierto es que, aunque no se casaron, el vínculo que crearon entre la ex Floricienta y el actor es más fuerte que cualquier papel. Hoy son un núcleo unido junto a Romeo, el hijo de la actriz con Guido Kakzca y los hijos de Federico: Ciro y Vito.

Todo se inició en el año 2010 cuando Flor y Federico eran los protagonistas de la novela "Niní". Lo que comenzó como ficción se convirtió en un hecho real. Al principio tuvieron que salir a defenderse ya que, en el momento en que se inició el vínculo, ambos estaban en pareja. Por aquel entonces, Federico tuvo que aclarar que, luego de este episodio, la ex mujer lo comprendió perfectamente y hoy tienen un excelente diálogo.
El tiempo todo lo acomoda. Además, yo soy un convencido de que uno siempre recibe lo que da
Ambos actualmente suelen demostrar en posteos y en entrevistas que la relación está mejor que nunca. Florencia sostiene que el secreto está en las pequeñas cosas: "Para mí es el día a día, compartir un vino. Esos son los festejos y la celebración del amor en general”.

Aunque nunca pasaron por el registro civil, Florencia y su pareja se comprometieron de un modo especial cuando él se tatuó el nombre de la actriz en su pecho. Más tarde fue ella quien también hizo lo suyo con el nombre de su amado.

Proyectos alternativos
Más allá de la relación de pareja que se forja día a día, tanto Florencia como Federico tienen sus propios proyectos lejos de la actuación. Ella desde hace años lleva adelante un bello emprendimiento de ropa para chicos. El local que tiene en San Isidro muestra un delicado abanico de colores en prendas para niños y se llama “Pancha”.
Él, por lo pronto, se aventuró a un nuevo desafío que consiste en trabajar en un lugar donde buscan conservar la fauna autóctona del Delta. Se trata de un serpentario donde hace kinesiología de tortugas.