CON ESTILO
En el Día Mundial de la papa frita, Germán Martitegui da los trucos para la mejor versión
Ideal para una picada o para acompañar alguna carne, son las delicias preferidas por los más chicos y los más grandes.
Es uno de los alimentos más versátiles y su versión frita es una de las más conocidas mundialmente. Tanto es así que, cada 20 de agosto, en todos los países, se celebra el día de la papa frita. En Argentina, Germán Martitegui propone una versión sumamente original para festejar.
Con la excusa de celebrar esta particular jornada, el cocinero jurado de “MasterChef” enseña a hacer en casa las mismas que él hace en su restaurante y que son consideradas las más ricas de la ciudad.
Por lo pronto, para elaborar esta receta de Martitegui solo se necesitan 30 minutos. Respecto a los ingredientes, en este caso, será necesario tener 1 kilo de papas, aceite para freír, 100 gramos de copos de maíz, 100 gramos de puré de papa en copos, 100 gramos de harina, sal, pimienta y dos huevos.
Como primer paso, Germán Martitegui aconseja pelar las papas y cortarlas en bastones de 7 x 1 centímetros. Una vez secas con un repasador o con un papel de cocina, se deberán freír en el aceite bien caliente durante 3 minutos. Luego habrá que retirarlas y dejar que se enfríen.
Por otro lado, el cocinero propone un toque especial. Para esta versión se deberán triturar los copos de maíz y unirlos con el puré en copos. En otro bol, habrá que mezclar los huevos.
Luego, sugiere pasar por harina los bastones fritos; luego por el huevo y finalmente por la mezcla de secos. Una vez listo, volver a freír en aceite bien caliente y escurrir. Para servir, recomienda sumarle una cazuelita con salsa barbacoa.
Un día en el que perdura una pelea
No se sabe a ciencia cierta por qué se eligió este 20 de agosto para celebrar el día de la papa frita. Lo que sí se sabe es que aún perdura un debate entre Bélgica y Francia acerca de dónde fue el lugar donde se creó esta delicia.
Algunos sostienen que fue en plena ciudad de París, en el siglo XVIII, cuando se instalaron vendedores ambulantes que las preparaban a la vista con braseros y sartenes con aceite.
Pero por su parte, los belgas entienden que fueron ellos los creadores y que las dotaron de un sabor especial al freírlas, primero, con aceite y luego con grasa animal.
