La decisión del príncipe Harry y Meghan Markle sobre su hijo que tendría repercusiones en la corona

Como siempre marcan tendencia, ésta vez el príncipe Harry y Meghan Markle dieron un paso nunca antes realizado en la familia de la corona. Se trata de la fiesta de bautizo de Archie, que otros miembros de la realeza podrán imitar a partir de ahora.  

En esta ocasión, hubo una restricción a la presencia de periodistas y fotógrafos, que no fueron ampliamente permitidos durante la ceremonia. La gran novedad que trae este evento real es que, como se escuchó decir:

 Los Sussex sentaron el precedente por hacer un evento privado

Se añadió que también era probable que el duque de Sussex y Meghan continuaran con Lilibet como lo habían hecho con el embarazo y el parto. Además, la gran pregunta que se dispara a partir de ahora es si la familia real continuará esta novedad íntima en futuras ceremonias de bautizo reales.

Sin embargo, la prensa quedó muy sentida por la decisión de la pareja, y resaltaron, como lo hizo el comentarista real Richard Fitzwilliams, que "las relaciones de Harry y Meghan con la prensa británica fueron muy cuesta abajo cuando Archie fue bautizado en privado y los nombres de los padrinos no fueron revelados”.

Además, continuó su descargo con un “Los Sussex fueron enfáticos en que tenían la intención de hacer las cosas a su manera y así lo han demostrado".

Los recuerdos

Es tradición que las fotos del núcleo de la familia real se tomen siempre en los bautizos, pero para esta ocasión nadie está seguro de si hicieron culto a la costumbre.

Sin embargo, el "Daily Mail" informa que el príncipe Harry quiere bautizar a Lilibet en Windsor en presencia de la reina, ya que una fuente alega que ellos sí quieren un evento real para su hija.

"Harry le dijo a varias personas que quieren que Lili sea bautizada en Windsor, al igual que su hermano”.