Un gran dolor
De brillar en El Trece a morir preso de su propio calvario: la trágica historia de Juan Castro
El periodista falleció a muy temprana edad y su legado sigue vivo dentro del periodismo nacional."Kaos en la ciudad" era una de las mayores promesas televisivas de su época. En el prime time nocturno de El Trece y en competencia directa con Marcelo Tinelli, Juan Castro conducía el show que lo llevó al éxito y lo catapultó como un ícono del periodismo. Sin embargo, un camino de vicios y un calvario del que nunca pudo escapar, lo dirigieron de forma directa a un trágico fallecimiento que marcó un antes y un después en el mundo de la televisión nacional.
A los 33 años y con todo un futuro previsto para triunfar en los medios, el famoso periodista terminó con su vida en un terrible episodio que no pudo controlar. Preso de adicciones que desembocaron en episodios de paranoia y alucinaciones, Juan perdió su vida luego de años de luchar para poder librarse de esta situación que lo atormentaba.
En marzo del 2004, Castro llegó a su departamento luego de un agitado día laboral. Al cabo de unas horas en su casa, los vecinos comenzaron a escuchar ruidos desesperantes que provenían del piso donde vivía Juan. "Me quieren matar", "Me quieren hacer daño", exclamaba el periodista víctima de sus alucinaciones. En ese momento, los vecinos empezaron a correr la voz de que algo malo sucedías, mientras tanto el panorama en el departamento era estremecedor: un televisor y los equipos de música que poseía Juan Castro en ese momento habían sido estrolados contra el piso y se habían vuelto añicos. Por su parte, el comunicador se paseaba inquieto por su casa con el torso desnudo.

Preocupado por lo que podía suceder en el primero E de aquel edificio de Salvador 4753, ubicado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el portero subió a ayudar al inquilino, pero en cuanto Juan Castro escuchó los pasos que se acercaban hacia él, corrió al balcón y se lanzó al vacío. En búsqueda de escapar de su propia consciencia que le hacía ver una realidad paralela, Juan se dirigió derecho a la muerte, sin siquiera pretenderlo.
De inmediato, Juan Castro fue trasladado al hospital para realizarle cirugías múltiples y tratar de salvar a aquel cuerpo que, aún en vida, se encontraba en una disputa constante entre luchar más o dejarse llevar. Aunque las operaciones fueron exitosas, dentro de lo posible, dos días después del incidente, Juan falleció en el hospital debido a una falla múltiple de sus órganos.

Una despedida con sabor a poco: se fue el emblema del periodismo
En el momento de su despedida final, la familia de Juan decidió enterrar sus restos en el cementerio de Chacarita, pero no hubo ningún velatorio, ya que quisieron dejar que sus restos descansaran en paz lo más rápido posible. Así fue el trágico final de un ejemplo del periodismo, un comunicador que podía abarcar todos los escenarios posibles y que no tenía miedo de hablar de sus temores y su realidad.