UN DURO GOLPE

Con una infancia difícil, Verónica Llinás afronta un nuevo dolor en la madurez

Es un ejemplo de resiliencia que busca, con el humor, darle otra mirada a los malos tragos.
domingo, 12 de septiembre de 2021 · 14:00

Se define como una persona que tuvo que salir adelante tras padecer una familia trágica. Y es que Verónica Llinás, la mujer que hoy se ríe de la vida, asegura que tuvo una infancia y adolescencia plagada de tristes momentos.

Lo contó en una nota que dio a un medio nacional en la que la actriz, quien reveló que tuvo varias pérdidas irreparables a lo largo de su vida y que aun así logró salir adelante.

Actualmente, trabaja con Soledad Silveyra en "Dos locas de Remate".

Al respecto, Verónica Llinás fue categórica al reconocer que “tuvo una vida bastante trágica”. Y no es para menos: su madre y su hermano fallecieron de forma temprana y su padre sufrió un grave accidente en el que perdió un brazo.

Pero más cerca en el tiempo, cuando le vida la daba revancha en cuanto al éxito y a la tranquilidad, un nuevo golpe la sorprendió y fue la muerte de su esposo.

Cuando se pone a hablar sobre su vida, Llinás se remonta a mucho tiempo atrás: su padre era escritor y su madre, pintora, quien murió cuando tenía 49, en momentos en que gozaba de un importante prestigio por su obra en varios países.

Mostró un claro apoyo a la legalización de la interrupción del embarazo legal y gratuita.  

Durante un tiempo, sus padres estuvieron separados y vivieron un tiempo con sus abuelos. Pero luego, cuando todo parecía encarrilarse, su madre enfermó y falleció. Lamenta también la muerte de su hermano quien, desde muy chico, estuvo muy vinculado a las drogas.

Junto a Darío Barassi, integró la fórmula divertida de "Carcajadas Salvajes"

 

Y luego, el adiós a su amor

Ahora que tiene una gran popularidad por sus distintas participaciones en la ficción y los videos que suele compartir en las redes sociales donde hace duras críticas a la política, también elabora otra gran pérdida.

Perdí a mi marido Guido hace cuatro años, después de una relación de 24 años.

Aunque cuenta que recién ahora logró empezar a sacar esa angustia, también tuvo que sobrellevar una estructura difícil de mantener.

Me tuve que armar rápidamente porque había dos opciones: o me fortalecía, o directamente me moría.

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