Quién es Maxi Diorio, el bailarín de "Showmatch: La Academia" al que Tinelli le cambió la vida

La noche del jueves, en “Showmatch: La Academia”, Maxi Diorio y su pareja de baile, Celeste Muriega, vivieron un momento muy emotivo. La bailarina contó detalles sobre la historia de contó la historia de vida de su compañero y él se sumó a hablar de todo lo que le pasó. 

“Maxi tiene una historia muy dura, si supieran”, comenzó ella a comentar sobre el bailarín. “De chico le dijeron que no iba a caminar, le hicieron un montón de operaciones”, agregó, al ver que su acompañante no podía hablar aún. 

“Gracias a mi familia, el apoyo, la verdad que pude salir adelante”, comentó Diorio. “Terminé siendo gimnasta, representé a mi país”, explicó. Después le agradeció a Marcelo Tinelli y le contó sobre sus inicios en el “Bailando”. 

“Acá arranqué mi carrera y la verdad es que fui muy feliz y soy muy feliz estando acá. Por ahí la gente no lo sabe, pero la verdad es que me cambiaste la vida. Y nunca tuve la oportunidad de decírtelo, porque no me gusta hablar, me da vergüenza, pero la verdad es que me cambiaste la vida y te agradezco todo lo que tengo que es gracias a vos”, finalizó. 

La historia de Maximiliano

“Nací con todos los problemas. Tuve parálisis facial, malformación en el maxilar, del ojo izquierdo no veo y del oído derecho no escucho”, relató Maxi, sacando a la luz los duros momentos que tuvo que atravesar hasta convertirse en el artista que es hoy en día. 

Esto no es todo, dado que Diorio explicó que, también, tuvo inconvenientes con la cervical que no le permitían caminar. “A los 20 días de haber nacido me operaron de una hernia. A los seis años me volvieron a operar de lo mismo. Mi vieja las pasó todas conmigo. Además, no hay antecedentes en la familia. Mis hermanos salieron perfectos y divinos”, mencionó.

Este año, el bailarín volvió a las pistas de “ShowMatch: la Academia” junto con su compañera Celeste Muriega, una de las famosas que se incorporó en la ronda de cumbia. Diorio tuvo que atravesar distintas dificultades, pero nunca se detuvo. A pesar de haber padecido una parálisis que devino en sordera y ceguera, sus convicciones pudieron más y no dejó pasar sus sueños.