Una exparticipante de 'Bake Off' rompió el silencio y reveló la primera interna del nuevo ciclo

Ya salió a la luz la primera polémica del programa de cocina “Bake Off Argentina” y las redes sociales estallaron. Al parecer, una participante de ediciones pasadas del programa hizo pública información importante sobre el reality.

Se trata de Julia DeBicki, integrante de la primera edición del show conducido por Paula Cháves. En su cuenta de Twitter, realizó un posteo en contra de una excompañera: “Chicos, solo voy a decir: Al fin un ‘Bake Off’ sin viejas. Sin viejas como Elsa”. De esta manera, dio a entender que no había un buen ambiente entre sus compañeros durante esa temporada.

No hay mucha información sobre el conflicto entre ellas dos pero, por deducción, se podría decir que esto está relacionado con que Julia tuvo que abandonar el certamen después de una confrontación con Elsa. Se sabe, en otras noticias, que DeBicki actualmente es empleada de Damián Betular. 

El jurado y la pastelería

Recientemente, en entrevista con “Teleshow", los tres integrantes del jurado de "Bake Off" hablaron sobre los inicios de sus carreras. “A mí siempre me gustó comer dulce, desde chica. Así que cada vez que comía algo dulce, tenía más ganas de seguir comiendo. Algún bizcochuelo, alguna galletita. Hasta que un día dije: ‘Bueno, si me gusta tanto comer dulce y me gusta tanto hacerlo, sería una buena idea dedicarme a eso’”, contó Pamela sobre sus primeros acercamientos a la pastelería.

“Qué, específicamente, no sé, pero mi mamá era una pastelera estupenda. Le pedían tortas de boda en el pueblo. Y las hacía de onda, no como un negocio. Yo miraba, ella me dejaba mucho estar en la cocina y trabajaba muchísimo haciendo tortas, pan dulce. Se festejaba mucho en mi casa y se cocinaba mucho. Resolví tomar este oficio, esta profesión, a los veintipico de años. Era maestra, asistente social, dije: ‘¿Qué otra cosa más puedo hacer?’. Y empecé a hacer tortas desde mi casa”, contó Dolli.

En cuanto a Damián, relató: “Mi mamá me llevaba a visitar a la abuela Rosita, que trabajaba en la panadería de la ciudad. Me acuerdo que estaba horas mirando, y obviamente comiendo: tenía fascinación por una masita que era un arrollado de dulce de leche muy húmedo pasado por azúcar. No hay cosa más dulce en el mundo, pero me encantaba. Pasaba y, voy a nombrar antigüedades: había un Imperial Ruso en la heladera, cosas maravillosas, muy ochentosas, que a mí me encantaban y me encantaría volver a hacerlas. Yo creo que desde ahí, de verlos, dije: ‘Quiero estar en este mundo’”.