GRAN DOLOR
Hace 25 años se convertía en mito popular: así se recuerda el legado de la talentosa Gilda
En el lugar donde perdió la vida, sus devotos van a pedir y a agradecer.Es un rincón en medio la ruta 12 donde hace 25 años, un grave accidente automovilístico puso fin a la vida de una de las más importantes cantantes populares de nuestro país: Gilda. Y es allí donde cada día, sin excepción, alguien llega para orarle, pedirle o agradecer.
En la construcción que se hizo en el kilómetro 129 de esta fatídica ruta, se armó este santuario de la cantante más popular y venerada de la Argentina.
El mito de Gilda comenzó cuando empezaron a conocerse historias de milagros: desde una niña que le colocó un CD de la cantante sobre el pecho de su mamá enferma y se curó y otros que dicen que obtuvieron su primer auto gracias a la intercesión de Gilda.
Más allá de las historias que abundan a lo largo de todo el país, lo cierto es que Miriam Alejandra Bianchi Scioli fue mucho más que una maestra jardinera que se dedicó a la música tropical. Estaba casada, aunque se separó cuando empezó con el tema de la música, y tuvo dos hijos.
Son muchos otros los casos en que dan a entender que los rezos dedicados a esta mujer permitieron a muchos sanar, avanzar, salvarse milagrosamente de alguna desgracia. En el lugar donde murió la cantante, hay un monolito y una cruz que fue el punto inaugural de la devoción que convoca a multitudes.
Otras formas de homenajear
Desde aquel trágico suceso que ocurrió ya hace un cuarto de siglo, la cantante recibió otros sentidos homenajes en versiones de sus temas y en la producción de una biografía que estuvo protagonizada por Natalia Oreiro, quien también la admiraba.
Por su parte, Daniel “Tota” Santillán, quien fuera conductor de televisión y productor de cuarteto y conoció de cerca la evolución, crecimiento y éxito de Gilda, sostuvo que era una artista "humilde que amaba la música".
En el monolito crecieron las ofrendas y aquellos primeros presentes que se dejaron como agradecimiento pasaron a ser montañas de botellas, chupetes, zapatillas o cartas. Actualmente en este lugar están Carlos y su esposa Rita que reciben a los visitantes y esperan construir cabañas para poder alojar a los que se acerquen hasta el santuario.